El Gobierno italiano estudia rebajar los impuestos especiales de los carburantes, que ahora son fijos y suponen 0,728 euros por litro para la gasolina y 0,617 euros para el diésel, para mitigar el encarecimiento coyuntural de los precios por la guerra en Ucrania.
«El Gobierno estudia hacer móvil el tipo especial de los carburantes para contener el impacto (de los elevados precios) en los consumidores finales», dijo hoy el ministro de Transición Ecológica, Roberto Cingolani, en una comparecencia en el Senado. «Al haber una mayor recaudación del impuesto sobre el valor añadido (IVA, que es del 22 %), estos recursos podrían utilizarse para reducir los impuestos especiales y disminuir el precio en las gasolineras», añadió. Al IVA del 22 % se añaden los llamados impuestos especiales, que se aprueban en tiempos de emergencia y sirven para financiar indirectamente la respuesta a crisis como terremotos, guerras y otros desastres.
El problema es que muchos de esos gravámenes perduran en el tiempo y todavía se mantiene por ejemplo el que se impuso para potenciar la reconstrucción de Florencia tras su inundación en 1966 o el que se introdujo tras el terremoto de L’Aquila de 2009. Cingolani, que fue director de Tecnología e Innovación en la compañía de defensa Leonardo, consideró «inaceptable» que el precio del gas se haya quintuplicado en el último año y lanzó la hipótesis de que Italia pueda «restringir la demanda y acelerar la eficiencia energética», con medidas como interrumpir el consumo de gas para el sector industrial y termoeléctrico cuando haya picos de demanda.
También defendió que la Unión Europea (UE) ponga un tope temporal al precio del gas para rebajar el coste energético, pero que además reformule el sistema marginalista para que las centrales de ciclo combinado no sean las que fijen el precio del resto de fuentes participantes en la subasta y aumente las importaciones de gas otros proveedores para reducir su dependencia respecto a Rusia. Italia, que importa de Rusia alrededor del 45 % de sus suministros de gas anuales, necesitará al menos tres años para sustituir por completo esta dependencia, reconoció Cingolani.
La mayor asociación de consumidores de Italia Codacons criticó que el Gobierno siga «pensando en posibles soluciones al alto coste de la gasolina, pero que no tome ninguna medida concreta» y opinó que «un impuesto especial móvil no es la solución adecuada». «Necesitamos eliminar el IVA para la gasolina y el gasóleo al menos hasta el final de la emergencia y reducir de forma estructural los anacrónicos impuestos especiales introducidos para financiar guerras e inundaciones en los últimos años», sostuvo en un comunicado.
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