in

La lección de Bolivia es musical

Cuando la cultura mejora a las personas

Más que una historia parece una fábula. Si no fuera la respetabilidad del mejor diario italiano, il Corriere della Sera, de un famoso coleccionista italiano y un envío de 4200 kilos de partituras con una empresa, se diría que era un cuento, si no chino, al menos boliviano.

El pueblo es Urubichá, tiene seis mil habitantes y está situado en la selva en un lugar de difícil acceso, a tal punto que la electricidad llegó solamente hace cinco años. Allí hay dos  orquestas que en total reúnen 270 jóvenes. Todas las mañanas ellos suenan sus instrumentos para hacer despertar al pueblo, claramente un sistema indudablemente más humano que el ring de los despertadores.

La historia reportada por el periodista Alessio Ribaudo, indica que un músico y coleccionista italiano de gran fama como Lorenzo Ronzoni, fundador de un museo en Massa Marittima que guarda los antiguos órganos, pianos e instrumentos, decidió regalar todas las partituras que poseía de Mózart, Bach, Vivaldi y otros autores del período Barroco a dicho pueblo.

“Prefiero que los músicos bolivianos las usen y descubran a que terminen por empolvarse el alguna biblioteca italiana” dijo Ronzoni

La decisión del coleccionista italiano fue muy criticada por diversas personas que consideraron su gesto nocivo porque hacía perder un patrimonio importante perteneciente a la cultura italiana, a lo que el donador reafirmó “No mi importa nada de lo que digan mis detractores, lo volvería a hacer” dijo. 

En octubre del año pasado, en un artículo siempre del Corriere, tomó conocimiento de Urubichá y maduró su decisión. Claro, enviar 4200 quilos de partituras antiguas no fue fácil. Pero con su tesón y la ayuda del Corriere de la Sera logró su cometido.

La música barroca inició a difundirse en el 1700 con la evangelización de los jesuitas, que además del catecísmo llevaron partituras y enseñaron a construir instrumentos musicales. Baste recordar el film ‘The Mission’ con Robert Deniro y Jeremias Iron, que documenta muy bien el trabajo que los misioneros realizaron el Paraguay y las dificultades con el mundo político de la época.

Un franciscano, Walter Neuwirth, en la mitad de los años 60 se estableció en Urubichá, poblado fundado por su congregación en 1840, vale a decir 170 años antes. En 1996 se funda el conservatorio y hoy Urubichá se ha transformado en la ciudad de la música.

Entre los franciscanos famosos por su labor evangelizadora en América Latina está San Francisco Solano, cuyos restos están en Lima y es llamado «el taumaturgo del Nuevo Mundo», por la cantidad de prodigios y milagros que se le atribuyen.

Las partituras son principalmente de música barroca: Hendel, Bach, Vivaldi, Mozart y otros autores. Cuentan que los jóvenes de Ubirachá suelen ir por la calle cargando sus instrumentos, ni las flechas de los antepasados ni los jueguitos tipo play station que hipnotizan a nuestros niños.

H. Sergio Mora

 

¡Haz clic para puntuar esta entrada!
(Votos: 0 Promedio: 0)

Concurso fotográfico: extranjeros e italianos

Presentan plan Cucayo para retorno a Ecuador