La comunidad latina que vive en Italia se sostiene con empleos precarios e incluso ilegales. Sin embargo, con la llegada de la crisis económica provocada por la pandemia, muchas familias se han quedado sin sustento.
Con la salida del confinamiento en Italia, la economía ha iniciado a reactivarse poco a poco.
Pero también se empiezan a calcular los enormes daños económicos ligados al coronavirus. En este contexto, la comunidad latina es una de las poblaciones más afectadas para afrontar la grave crisis económica en la cual el país está entrando.
Mientras muchos latinoamericanos en Italia se sustentaron durante los últimos años con relativa facilidad gracias a empleos precarios, hoy la situación ha cambiado radicalmente. Después de la explosión del coronavirus en Italia, miles han perdido su empleo en un abrir y cerrar de ojos.
La consecuencia es un neto aumento de familias latinoamericanas que están atravesando graves problemas económicos en esta era del post-confinamiento. Frente a esta situación, las iniciativas de solidaridad se multiplican.
Un cuartel general de la solidaridad en el corazón de Roma – Italia
En el centro histórico de la ciudad eterna, la iglesia Santa Maria de la Luz, a pocos kilómetros del Vaticano, no es un lugar cualquiera: se trata de la iglesia latinoamericana de Roma. Allí los Misioneros de San Carlos – Scalabrinianos han lanzado un programa solidario para ayudar a las familias más afectadas económicamente por el coronavirus.
Desde el final del confinamiento, este lugar de culto se transforma dos veces por semana en un cuartel general de la solidaridad. Por las mañanas, una armada de voluntarios prepara paquetes de mercados para distribuir a quienes más están sufriendo en carne propia las consecuencias nefastas de esta crisis.
“Tratamos de dar lo que comen los latinoamericanos: arroz, lentejas, frijoles, tres bolsas de leche… para cuando tienen niños. Muchas de las familias que vienen tienen niños”, cuenta a France 24 en Español el padre Luis Gabriel Martín Pinzón, párroco de esta iglesia, quien desde el inicio de la pandemia no ha dejado de recibir llamados de auxilio.
“Cuando vino esto de la pandemia, las personas empezaron a decir ‘padre nos estamos quedando sin alimentos… Dijimos ‘bueno, qué podemos hacer?”. Así nació la idea de lanzar un proyecto para sostener a las familias latinoamericanas: se trata de evitar que pasen hambre en este momento tan difícil para muchas de ellas. Cada familia inscrita puede recibir hasta cuatro mercados para permitir una rotación y que la ayuda beneficie al máximo número de núcleos familiares.
Familias latinoamericanas en Italia que han caído en la incertidumbre
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Cada semana, se distribuyen 120 paquetes de víveres. En los últimos tres meses, unas mil personas se han beneficiado de esta ayuda. A la entrada de la iglesia, Vera, una inmigrante peruana, sale con un enorme paquete de mercado. Logra difícilmente contener la emoción.“Estamos en la calle, no tenemos nada, perdí el trabajo. Es difícil. Esta es una gran ayuda” nos dice, “uno vive para pagar el arriendo, y los alimentos… Sin trabajo todo es mucho más difícil”.
Muchas de los que hoy piden ayuda eran núcleos familiares que nunca habían manifestado necesidad o urgencia económica. Es el caso de la familia de Johana, una colombiana que llegó a Italia hace 19 años. Hoy tiene tres niñas y desde hace pocas semanas su marido perdió el trabajo.
Johana siente haber caído en una era de incertidumbre. “Antes estábamos bien, trabajo bien, todo bien. Podíamos comprar lo que necesitábamos sin problema: mercado, medicinas. Vivíamos tranquilos. Ahora… Tengo miedo de no llegar a fin de mes”. Un temor que comparten muchos hispanos en Italia en la era del coronavirus.
Los empleos precarios en Italia: los primeros en esfumarse
Un factor agravante es que muchas de las actividades que ejercen los latinos en Italia son empleos con contratos precarios, o inclusive trabajos ilegales o no declarados, que fueron los primeros en esfumarse cuando explotó la pandemia.
Catalina Cobo es responsable de una ventanilla de atención del UIL, uno de los principales sindicatos del país. Desde el inicio de la pandemia ha asesorado a cientos de latinos que buscan ayuda para acceder a las auxilios económicos previstos por el Estado italiano. “Mucha gente perdió su lugar de trabajo: los latinoamericanos trabajamos muchísimo en restaurantes y hoteles. También en el cuidado de ancianos y el servicio en familia.” Los sectores más golpeados por la crisis.
A pesar de las dificultades, Catalina Cobo enfatiza el espíritu positivo con el cual la comunidad latinoamericana está afrontando este periodo. “La comunidad migrante latinoamericana ha sido muy solidaria, muchas de las personas que encuentro me han dicho ‘todos estamos de la misma barca. Todo estamos en la misma situación y tenemos que unirnos para salir adelante».
Se estima que unos 500.000 latinos residen legalmente en Italia. Todos comparten una misma esperanza: lograr sobrepasar la que se anuncia la crisis económica más grave en Italia desde la segunda guerra mundial.
Escrito por: Natalia Mendoza
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