Un tatuaje es para siempre. Pero incluso si hoy existen técnicas para borrarlos, es una de las maneras más indelebles de registrar los eventos que marcan la vida.
Es por esto que muchas personas graban en su piel a las personas que aman, como un hijo
Pero toda la ilusión que provoca un nacimiento, con el entusiasmo de registrar su nombre en la espalda de lado a lado puede volverse un agrio momento en un segundo. Eso le pasó a Pedro Pablo Santo Domingo, un joven colombiano de 22 años, que decidió grabar «Benjamín» en letras gigantes antes de enterarse de que el hijo no era suyo.
El episodio comenzó cuando luego del nacimiento se apresuró al estudio de tatuajes más cercano para marcar en su piel el nombre de su primogénito. Pero apenas un mes después se enteró revisando el celular de su pareja de que el niño no era suyo.
Sin perder tiempo Santo Domingo interrogó a su pareja y se prestó a una prueba de paternidad que dio resultado negativo
En efecto, el niño no era su hijo biológico y reaccionó de la peor manera. Después de emborracharse comenzó a golpear a su mujer con un palo. La situación recién se normalizó cuando intervino la policía y él quedó detenido.
Ante la reacción del joven le fue ofrecida ayuda psicológica y contención para que pudiera afrontar mejor esta amarga sorpresa, pero sobre todo para que no siguiera haciendo daño. Si un tatuaje es para siempre, quizá sea mejor pensar en frío lo que en la piel va a quedar.