La banda, con Cornell al frente, dio su último concierto anoche, en Detroit.
Chris Cornell, fundador de Soundgarden, una de las bandas de rock más conocidas de los años 90, ha muerto a los 52 años, dos décadas y media después del momento en el que vivió en la espuma de los días. No hay información precisa sobre la causa de la muerte, pero es sabido que Cornell actuó anoche mismo en el Teatro Fox de Detroit. La policía de la ciudad ha anunciado que investiga si la muerte ha sido un suicidio.¿Cómo recordar a Soundgarden? Estuvieron en el lugar adecuado, en el momento justo, con el equipaje perfecto. Estuvieron antes, de hecho. Soudgarden ya era un grupo relevante antes de que Nirvana rompiera el cascarón. Eran de Seattle y tocaban un rock áspero y un poco barroco en su puesta en escena, de inspiración setentera y agraciado con la voz de Cornell, casi un tenor de capacidad insólita para su género. También con su carisma y su historia personal: Cornell era un muchacho atormentado con un historial de depresiones y comportamientos asociales. El tipo de héroe que requerían los años 90.
La fórmula era sencilla pero intensa, bendecida por la edad de oro de la MTV, la cultura de los videoclips y el renacer de los grandes festivales. Badmotorfinger, su disco de 1990, rozó las puertas del cielo. Superunknown, de 1994, dio ya de pleno con el espíritu del momento, aquello que se llamaba grunge. ¿Dónde quedan Soundgarden en la memoria de aquellos años? Por entonces, cualquier aficionado hubiera dicho que primero iba Nirvana, después Pearl Jam y, en el tercer escalón del podio, Soundgarden. El tiempo no ha tratado del todo mal a ninguno de los tres grupos.
Cuando la década de los 90 entró en su segunda mitad, el momento de gracia de aquella generación empezó a apagarse. Soundgarden se separó en 1997, pero Cornell aún tuvo momentos relevantes en la música popular. Ocurrió en 2001, cuando el cantante se reunió con los náufragos de Rage against The Machine (todos menos Zack de la Rocha) y formó Audioslave. En resumen, su plan consistía en tomar el sonido de RATM y enriquecerlo con el carisma y la voz de Cornell… que,a su vez, entraba así en el siglo XXI con una propuesta más contemporánea, menos masticada. La fórmula funcionó durante años, con buenas ventas, aunque no duró mucho. Audioslave se separó en 2007 y ahora, cuando llega la noticia de la muerte de Cornell, el primer suspiro de nostalgia de los aficionados es para Soundgarden. La banda, por cierto, se había reunido en los últimos años, ya como un autohomenaje. Soundgarden daba conciertos por Estados Unidos con la excusa de los 25 años que han pasado desde Badmotorfinger. Fue ése el motivo que llevó a Cornell hasta el Fox Theatre.
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