¿Podemos tener relaciones mientras estoy embarazada?. Sexo durante el embarazo: las respuestas a todas tus dudas.
25.11.2013 – «Sí, para la mayoría de las parejas, es completamente seguro seguir teniendo relaciones sexuales durante el embarazo», explica la Dra. Claudine Domoney del Royal College of Gynaecologists del Reino Unido. Quizás algunas mujeres hasta se sientan más receptivas durante esa etapa, «Esto probablemente se deba a los altos niveles de esteroides sexuales y oxitocina que se producen durante el embarazo que a veces pueden aumentar el nivel de respuesta orgásmica», añade Domoney.
Las relaciones sexuales no pueden dañar al bebé -está protegido y amortiguado dentro del útero- pero algunos expertos en salud recomiendan no usar juguetes sexuales, como vibradores, ya que no son ‘maleables’ como el pene. ‘Puede haber riesgo de infección o de que ruptura de alguna membrana’, indica Sally Randle, partera independiente. Para estar tranquilos, es mejor dejar los juguetes en el cajón por un tiempo. ‘Aunque es poco probable que los juguetes sexuales causen algún problema, tampoco tenemos pruebas de que sean seguros’, advierte la Dra. Domoney.
No es una situación exclusiva de la mujer embarazada experimentar cambios en sus sentimientos con respecto al sexo durante el embarazo, los hombres también pueden encontrar que el embarazo los pone mimosos, mientras que otros pueden perder todo interés en el tema, tal vez por preocuparse por el bebé. ‘Ocurren muchos cambios durante el embarazo que pueden afectar la relaciones sexuales, entre ellos, cambios en el flujo sanguíneo que pueden aumentar el flujo hacia los genitales y aumentar las sensaciones’, dice Sally Randle. ‘Los pechos también están más sensibles al tacto: a algunas mujeres les puede gustar y otras van a preferir evitar que las toquen’.
‘Toda persona con una pérdida no diagnosticada, la placenta baja y membranas rotas tiene que evitar las relaciones sexuales con penetración’, explica la Dra. Domoney. El sexo puede causar un leve sangrado vaginal llamado sangrado post coito, que no es dañino pero las mujeres embarazadas deberían consultar con su asesor de salud sobre cualquier sangrado que tengan. ‘Si las membranas se rompieron (se perdieron los fluidos), recomendaría evitar la relación sexual con penetración para conservar el riesgo de infección al mínimo’, añade Sally Randle.
‘A medida que la panza crece, las mujeres suelen preferir estar arriba o en posiciones erguidas, en las que se pueden inclinar y sostener la parte superior del cuerpo con los brazos’, dice Yvonne K. Fulbright, coautora de ‘Your Orgasmic Pregnancy: Little Sex Secrets Every Hot Mama’. ‘A medida que el peso se hace mayor, lo ideal es de costado pero, en general, las parejas deberían evitar toda posición que haga presión sobre la panza’.
El embarazo no va a afectar tu capacidad de tener un orgasmo durante la relación sexual, pero a veces los orgasmos pueden tener un efecto inusual sobre el embarazo. Los orgasmos puede hacer que el útero se contraiga -a menudo con bastante intensidad e intermitentemente durante una hora aproximadamente después de la relación-, lo que da la impresión de que estás entrando en el trabajo de parto. ‘En las últimas etapas del embarazo, puedes experimentar contracciones Braxton Hicks como resultado de un orgasmo’, explica Zita West, autora de ‘Your Pregnancy Companion’ (Vermillion).
Eso de que las relaciones sexuales pueden acelerar las cosas, como la comida picante, es cuento de vieja. Como el semen contiene unos lípidos llamados prostaglandinas y se utiliza una prostaglandina artificial para inducir el trabajo de parto, se suele asumir que las relaciones sexuales durante el embarazo, sin anticoncepción, podrían despertar el trabajo de parto. Pero parece que la verdad es lo opuesto. Algunos investigadores que estudiaron la actividad sexual de 600 mujeres usando consultorios prenatales en Carolina del Norte descubrieron que las que eran sexualmente activas en el final del embarazo tenían menos probabilidades de parir antes de la semana 37 de gestación que las que no lo eran.
Eso de que las relaciones sexuales pueden acelerar las cosas, como la comida picante, es cuento de vieja. Como el semen contiene unos lípidos llamados prostaglandinas y se utiliza una prostaglandina artificial para inducir el trabajo de parto, se suele asumir que las relaciones sexuales durante el embarazo, sin anticoncepción, podrían despertar el trabajo de parto. Pero parece que la verdad es lo opuesto. Algunos investigadores que estudiaron la actividad sexual de 600 mujeres usando consultorios prenatales en Carolina del Norte descubrieron que las que eran sexualmente activas en el final del embarazo tenían menos probabilidades de parir antes de la semana 37 de gestación que las que no lo eran.
‘Por lo general, les decimos a las mujeres que esperen seis semanas después del parto para reanudar las relaciones sexuales porque existe un riesgo mínimo de embolia’, explica la Dra. Domoney. ‘De todos modos, muchas mujeres no se sienten cómodas antes de ese período’. Si te hicieron una cesárea, va a haber un tema de dolor y de dificultad de movimiento. ‘Si la madre tiene costuras perineales, va a querer esperar a que se curen’, dice Sally Randle. ‘A su vez, psicológicamente, la mujer va a tener un tiempo distinto con relación a cuándo va a querer volver a tener relaciones sexuales debido a un tema de imagen propia, cansancio y por estar abrumada por la maternidad’.
‘Les decimos a las mujeres que empiecen la anticoncepción a partir de las tercera semana después del parto, ya que es posible concebir a partir de ese momento aunque es poco probable si estás amamantando a tiempo completo’, dice la Dra. Domoney. Te conviene hablar sobre los métodos de anticoncepción cuando hagas la consulta de seguimiento con tu médico después del parto. Aunque para algunas mujeres el amamantamiento puede retrasar el retorno de la ovulación y por lo tanto evitar que les venga el período, esto no es una regla general. Es posible que las mamás primerizas empiecen a ovular a las cuatro semanas de tener el bebé, así que no hay que dejar de consultar al médico clínico o al asesor de salud.
Muchas parejas atraviesan el embarazo y el nacimiento del bebé sin tener la regularidad o la cantidad de sexo que tenían cuando estaban intentando concebir. Para ambos, puede menguar el deseo sexual pero eso no quiere decir que las parejas que están en la dulce espera no puedan seguir con la intimidad y disfrutando de la vida sexual teniendo relaciones plenas. ‘Acurrucarse, bañarse juntos y hacerse masajes puede ayudar a conservar esa cercanía y ese afecto además de promover la liberación de hormonas del bienestar’, explica Zita West.
Ginecólogos