Roma miércoles 23 de noviembre de 2011 – El presidente de Italia, Giorgio Napolitano, pidió «afrontar la cuestión de la ciudadanía» y que se conceda la ciudadanía a los hijos de los inmigrantes nacidos en Italia, en donde las segundas generaciones son casi un millón entre niños y jóvenes.
«Espero que el Parlamento afronte el tema de la ciudadanía a los niños nacidos en Italia de padres que son inmigrantes extranjeros. Negarla es una verdadera locura, una absurdidad», indicó Napolitano en un acto oficial.
«Son miles de centenares de niños que asisten a las escuelas y que nacieron en Italia – dijo y añadió que- la sociedad necesita energía nueva, sobre todo la nuestra, tan envejecida y esclerótica».
El presidente ha acogido la propuesta del principal exponente del Partido Democrático, Pier Luigi Bersani, de afrontar la cuestión en el Parlamento tras el cambio político y de Gobierno que ha pasado Italia en las pasadas semanas.
La propuesta encuentra consenso trasversal excepto de la Liga Norte. El Popolo de la Libertad, si bien en su seno encuentra mucho apoyo a la propuesta, debido a las presiones de su aliado pidió que el tema no sea tratado por un gobierno técnico.
El auspicio de Napolitano -indico la agencia noticiosa ANSA- fue muy bien recibido por la mayor parte de las fuerzas políticas italianas -desde el centro a la izquierda- pero los partidos de la ex mayoría de centro-derecha, y en particular la Liga Norte, la criticaron duramente.
Pierferdinando Casini, líder de la Unión Democrática de Centro (UDC, oposición democristiana) dijo que «comparte plenamente» la toma de posición del presidente, y Livia Turco del Partido Democrático (PD, centro-izquierda) afirmó que el llamado de Napolitano al Parlamento «no puede ser ignorado».
Para Maurizio Gasparri, jefe de la bancada de senadores del Pueblo de la Libertad (PdL), por el contrario, «no se pueden enfrentar leyes sobre las ciudadanías a golpe de simplificaciones: no es una locura que en Italia se aplique el principio del ius sanguini (ley de la sangre) y no de iu soli (ley del suelo), como sucede en muchos otros países».
Roberto Calderoli, ex ministro liguista, sostuvo por su parte que su partido se opondrá a toda reforma del derecho a la ciudadanía, y para ello está «dispuesto a levantar barricadas en el Parlamento y en la calle», ya que «la verdadera locura consistiría en conceder la ciudadanía por el ius soli y no sólo el ius sanguini».