La mujer de 47 años de nacionalidad ecuatoriana fue detenida por la policía hace uno días en Reggio Emilia Italia por asesinato premeditado en contra de su marido.
De acuerdo con su amante, habría contratado a un sicario para que matara a su marido, así el asesino le habría disparado frente a su hijo
La policía ecuatoriana, que buscaba el culpable del atroz crimen que ocurrió hace siete años en Ecuador, no se imaginaba que la mandante del asesinato que era una fugitiva de la justicia reaparecería como por arte de magia en Reggio Emilia, Italia, la esposa de la victíma que tras un control de rutina fue reconocida y arrestada.
El actual marido italiano tampoco podía imaginar lo que estaba sucediendo, nunca se habia dado cuenta de que vivia con una asesina, cuando los policías italianos le dijeron la razón del arresto de su esposa el hombre sorprendido se sintío mal.
Herlinda Elvira Manobanda Álvarez, de 47 años, terminó tras las rejas por asesinato premeditado
El descubrimiento
Entre el lunes y el martes de esta semana, a las 2 am, durante un recorrido por la zona industrial de Mancasale, una patrulla de Reggio Emilia habría visto a una pareja caminando. Sospechosos de la extraña circunstancia, en un área desierta, los policias deciden controlarlos e identificarlos. Desde los primeros momentos la mujer, ciudadana de Ecuador, mostró una actitud desconfiada y nerviosa.
La sorpresa llegó tras el control de los documentos de identidad de la mujer ecuatoriana: al esposo de la acusada de 43 años, no le encontraron ningún precedente mientras que la ecuatoriana de 47 años recibió una orden de arresto internacional emitida por Interpol, por el crimen de asesinato a su marido. En ese momento ambos fueron llevados a la estación de policía, ya que las investigaciones continuaron hasta el amanecer.
De hecho, fue necesario tomar las huellas dactilares de la mujer; para saber si no se estaba cometiendo un error, tras todas las investigaciones, surgió la increíble historia que ocurrió hace seis años un fin de año, en una calle rural de Ecuador.
El crímen
El 31 de diciembre de 2012, Jairo Simón Zambrano Azua, esposo de Elvira, estaba al volante de una camioneta Ford F-150 en el área de El Empalme, provincia de Guyas, en el centro-sur de Ecuador.
Junto a él, dos niños: el hijo y un sobrino, testigos involuntarios de lo que sucederá en pocos minutos
De repente, la camioneta cruza un automóvil, desde donde comienzan a disparar, así una bala tras otra mata a Zambrano al instante. En Ecuador inician las investigaciones, que pronto llegarán a una solución del caso: la culpable es su esposa Elvira, quien, en complicidad con un hombre con quien tuvo una relación clandestina, contrató a un asesino para deshacerse del padre de su hijo, quien fue testigo de la escena brutal por casualidad. El precio acordado entre la mujer ecuatoriana y el asesino de su esposo fue de 30 mil dólares, unos 26 mil euros: una suma modesta en Italia, pero un patrimonio en Ecuador.
Después de la investigación, el proceso judicial sigue su curso: dadas las claras evidencias, al final del juicio, los jueces sentenciaron a Elvira a 25 años de prisión y la sentencia se emitió en 2015.
Mientras tanto, que se investigaba por el asesinato, la culpable salió del Ecuador y no se encontraba en ninguna parte; escapando al extranjero. En 2017, los investigadores locales solo pudieron emitir una orden de arresto internacional. Posteriormente, se determinó que inmediatamente después del crimen la mujer se transfirió a Italia, donde obtuvo un permiso de residencia para trabajar.
Tres años atrás incluso la ecuatoriana se casó con un comerciante italiano genovés de 43 años: la pareja reside en Milán, pero está domiciliada en la provincia de Savona, donde el cónyuge es propietario de una casa.
«Yo lo sabía»
El marido italiano, desconocía completamente el tormentoso pasado de Elvira
Tanto que en la estación de policía, cuando supo con quien se había casado no era la mujer de sus sueños era en realidad una asesina peligrosa, frente a los policías se sintío mal e inmediatamente fue liberado. Elvira, por otro lado, no se asustó ni se sorprendió. «Lo sabía», se limitó a declarar y confirmar que era ella la mujer ecuatoriana que la buscaban en medio mundo: sabía que tarde o temprano la encontrarían. El proceso de extradición al país de origen ya ha comenzado.