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Sin extranjeros para recoger naranjas

Rosarno un año después ¿Quién trabajará en los campos?

Roma, 21 de octubre – Un año después de los enfrentamientos en la pequeña ciudad de Calabria entre habitantes locales y trabajadores extracomunitarios durante los cuales los extranjeros fueron echados de mala manera, no hay trabajadores para recoger las naranjas.

En una entrevista del 19 de octubre en el diario Repubblica, Don Pino De Masi responsable de la asociación ‘Libera’  habla de la situación en la plana de Gioia Tauro, lugar que conoce muy bien, y acusa si medios términos  que se ha registrado un empeoramiento total de la situación, sobre todo por lo que concierne los ‘centri di accoglienza’ que debían haber sido preparados para los trabajadores de temporada, que debían llegar en estos días.

El año pasado los medios informativos mostraron imágenes sobre las condiciones de vida infrahumanas en las que vivían los trabajadores de temporada, mayoritariamente africanos, las cuales eran impresionantes para ser una realidad de un país desarrollado como Italia.

En esta fase, la situación se queda sin cambios, más bien empeorada como subraya el mismo Don Pino De Masi, de manera que este año se esperan solo 500 inmigrantes en cambio de los 2500 del año pasado. En fin las naranjas están ya maduras pero talvez este año nadie las recogerá.

Sin duda, tras el énfasis dado el año pasado por los medios de comunicación, los ‘ghettos’ no existen más pero paradójicamente no hay más lugares dónde los trabajadores de temporada puedan refugiarse de la lluvia o encontrar agua potable. Ahora la emergencia no concierne solo la seguridad sino que es también una cuestión humanitaria.

En efecto, luego de las promesas políticas, proclamadas a voz alta durante los días de mayor agitación de los choques, en Rosarno no hubieron indicios de proyectos. El más interesante había sido el proyecto inaugurado en el 2007 que preveía transformar la “Cartiera” (Fábrica de papel), ya en desuso y utilizada como refugio por los trabajadores de temporada, en un gran “centro di accoglienza” y de agregación social.

El proyecto fracasó pocos meses después a causa del reclamo por parte de una de las empresas que participó a la licitación y de ese modo los africanos se quedaron a dormir en los cartones de la ex fábrica de papel por toda la temporada.

Luego fue el proyecto del ministro Maroni que asignó 200 mil euros para dotar de duchas el Opera Sila (otro campamento precario en Rosarno). Las asociaciones de voluntarios que se ocuparon del proyecto hablaron “de fondos insignificantes” para completar el trabajo y todavía no se sabe nada sobre el informe de situación.

Por ahora el único proyecto oficial, reconocido por el gobierno, es “Obiettivo 2.5”.
Se trata de un proyecto que prevé transformar la fábrica de cemento Beton Medma, secuestrada a la mafia, en un edificio de 60 camas con espacios adjuntos dedicados a la diversión y a la formación de los inmigrantes y de sus familiares. El proyecto es sin duda ambicioso pero el informe de situación acusa un atraso substancial y su conclusión no está prevista antes del próximo año.

Ya llegaron los primeros inmigrantes que buscan trabajo y por ahora duermen en la calle o en los autos mientras las asociaciones de voluntarios como la Cáritas controlan la situación. Por su parte las asociaciones Tenda di Abramo y Rete antirracista romana, ofrecen sus primeros apoyos.

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