Roma, lunes 26 de marzo de 2012 – Organizaciones disidentes informaron de al menos 70 arrestos en la ciudad que recibirá hoy lunes al Sumo Pontífice, entre ellas 15 Damas de Blanco.
Denuncian un aumento de la represión y un intento del régimen por esconder la miseria de la isla, por ello tanto en Santiago como en la capital al menos un centenar de mendigos han sido detenidos o internados «para que no fueran vistos en las calles por visitantes extranjeros» y que el gobierno hizo advertencias de que no se tolerarán actos políticos durante la visita papal, que concluye el miércoles.
Antes del viaje el cardenal Maradiaga indicó que que hay dos asuntos que espera que el viaje ponga en evidencia “la cuestión social en México y la pobreza en Cuba”. En México porque “es una oportunidad para ver como la violencia y la guerra del narcotrafico están arruinando un hermoso país y afectando todo el continente” y en Cuba para que le “ayude a abrir la Isla y mejorar la vida de la gente”. Y concluyó pidiendo oraciones por el santo padre y por su viaje.
En México el papa Benedicto XVI celebró una multitudinaria eucaristía en el Parque Expo Bicentenario de León, México, que comenzó a las diez de la mañana, con la asistencia de medio millón de personas, en su mayoría jóvenes.
«Si pasamos frío o calor no importa, yo quiero estar ahí con el papa. Llegamos a las 4 de la mañana del DF, nos fuimos a San Miguel de Allende y luego para acá», expresó a los medios una asistente. «Deséenme suerte, porque como yo viene mucha gente».
El Papa en el Ángelus recordó: «Mis predecesores en la Cátedra de san Pedro la honraron con títulos tan entrañables como Señora de México, celestial Patrona de Latinoamérica, Madre y Emperatriz de este Continente. Sus fieles hijos, a su vez, que experimentan sus auxilios, la invocan llenos de confianza con nombres tan afectuosos y familiares como Rosa de México, Señora del Cielo, Virgen Morena, Madre del Tepeyac, Noble Indita.
Y recordó que «la verdadera devoción a la Virgen María nos acerca siempre a Jesús, y «no consiste ni en un estéril y transitorio sentimentalismo, ni en una vana credulidad, sino que procede de la fe verdadera».
«En estos momentos – dijo el Papa- en que tantas familias se encuentran divididas o forzadas a la migración, cuando muchas padecen a causa de la pobreza, la corrupción, la violencia doméstica, el narcotráfico, la crisis de valores o la criminalidad, acudimos a María en busca de consuelo, fortaleza y esperanza. Es la Madre del verdadero Dios, que invita a estar con la fe y la caridad bajo su sombra, para superar así todo mal e instaurar una sociedad más justa y solidaria».