Conocer dos idiomas vuelve el cerebro elástico y prepara mejor a la vejez.
Roma, 24 de febrero de 2011 – Aprender un segundo idioma cuando uno es un niño, en la casa o en el colegio, favorece la inteligencia.
Lo indicaba siempre el sentido común, si bien ahora, la confirmación llega de los investigadores estadounidenses de la Universidad de Pensylvania que condujeron un estudio sobre los efectos del bilinguismo.
El resultado dice que el cambio de un idioma a otro no confunde a los niños, pero es un óptimo ejercicio cerebral que lo vuelve más elástico y lo prepara mejor para la vejez.
Según los investigadores un bilingue que habla con otro bilingue sabe siempre elegir el término menor para expresar su pensamiento.
Si en cambio habla con una persona que habla un solo idioma, raramente comete errores. El cerebro de los bilingues resulta más eficiente también durante las resonancias magnéticas y electroencefalogramas.
Parece que además, desarrolle mejores protecciones contra las enfermedades relacionadas a la vejez como el morbo de Alzaimer y la demencia senil.