Desde hoy hay 7 nuevos Santos para la iglesia Católica. Uno de ellos es Monseñor Romero primer Santo de El Salvador.
Cuando el Papa Francisco entra ante miles de miles de fieles en Plaza San Piedro para la misa de Beatificación tiene en su mano el bastón de Paolo VI el “Papa Olvidado” y sus vestimentas litúrgicas y en la cintura lleva la faja manchada de la sangre de Monseñor Romero, la misma que llevaba cuando fue asesinado por los equipos de la muerte que seguian las órdenes de la dictadura militar de esos años en el altar de una iglesia mientras daba la misa en su país natal El Salvador.
Son ellos el «Papa Dimenticato» Paolo VI y el Obispo de los pobres Monseñor Romero los más conocidos de los 7 santos proclamados por Papa Francisco, la imágen de cada uno de ellos figuró en las ventanas principales de la Basílica signo de demostración que la Santidad la pueden adquirir todos, los papas, los mártires y la gente común.
Porque para ser Santo dice Francisco es suficiente amar lo que nos hace feliz, amar a la persona de Jesucristo que vive y que la podemos encontrar también en estos tiempos.
«El corazón del hombre es como un imán – explica Bergoglio – con una imágen sujestiva se ataca de una sola parte y es así que se está de la parte de Dios o de la parte de la riqueza y del poder» sugerió, y refiriendose al Monseño Romero recordó:
El Obispo Romero dejo la seguridad del mundo hasta puso en riesgo su propia vida para dar la vida por el evangélio y por estar junto y cerca de los pobres y su gente.
En plaza además de los 200 obispos llegados de todas las partes del mundo para la beatificación de los nuevos santos estuvieron presentes, el Presidente de la República Italiana Sergio Mattarella, La Reina Madre de España Sofia, el Presidente de El Salvador, el Presidente de Chile, el Presidente de Pánama, el Ministro de Relaciones Exteriores Francés y miles y miles de fieles de todas las partes del mundo.
«Hoy se tiene que tomar una decisión arriesgada para seguir a Cristo – dice Francisco antes de cerrar la ceremonia dando la bendición a los fieles y encaminandolos a encontrar el placer de dejar algo para ganar todo, aconsejando de dar tiempo a Dios y seguirlo como si nos hubieramos enamorado de él
Obviamnete la algarabía y la conmoción de la comunidad salvadoreña presente a la Beatificación del primer Santo del Salvador se hizo sentir y con orugllo y emocionados los salvadoreños de todo el mundo gritaron moviendo su bandera al finalizar la canonización que «Viva el Santo Romero, el Santo del Salvador».
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