La ley italiana reconoce el derecho de todos los trabajadores, incluidos los extranjeros, a la igualdad de trato con respecto al ciudadano italiano. Esto significa que queda prohibido cualquier tipo de discriminación basado en la nacionalidad del trabajador, quien por tanto tiene iguales derechos tanto en materia previsional como en materia de seguridad social y bienestar en general.
De hecho, el «sistema de seguridad social» se define como el conjunto de programas y políticas implementados por el estado para garantizar la protección de sus ciudadanos, entendiendo en este caso a todos aquellos que trabajan en diversos sectores sin importar su nacionalidad. Además, el trabajador, pueden disfrutar de los derechos acumulados en el sistema legal italiano incluso en ausencia de acuerdos de seguridad social con el país de origen del mismo.
Dos protecciones garantizadas a los trabajadores por el Instituto Nacional de Seguridad Social (INPS): la protección previsional (pensiones), que se basa en el pago de cotizaciones, y la protección asistencial (por ejemplo: cotizaciones para el apoyo a la maternidad o para las familias) independientemente de las cotizaciones.
Si el empleador, que es el sujeto obligado en el caso de una relación laboral, no paga las contribuciones al INPS, el trabajador siempre puede solicitar los beneficios de la seguridad social dentro de los tres años de su vencimiento. La salud y la seguridad del trabajador, por su parte, están protegidas por el Instituto Nacional de Seguros contra Accidentes de Trabajo (Inail), que garantiza la protección de los trabajadores precisamente en caso de que se produzcan tales accidentes, estableciendo una especie de seguro.
De hecho, es importante saber que los empleados siempre tienen derecho a los servicios de Inail aunque el empleador no esté al día con los pagos.
Artículo realizado para nuestra casa editorial por nuestra abogada Federica Merlo
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