El pintor y escultor de Medellín se hizo popular en todo el mundo debido a sus figuras humanas «plus size». Pero también supo narrar el drama de Colombia, presa de la violencia y el narcotráfico. El célebre escultor colombiano Fernando Botero falleció hoy a la edad de 91 años, reconocido universalmente por las voluminosas figuras humanas representadas en sus obras.
La noticia anunciada por el presidente colombiano Gustavo Petro fue confirmada por el diario colombiano ‘El Tiempo’, que describe a Botero como «el artista colombiano más grande de todos los tiempos». El fallecimiento del escultor nacido en Medellín había sido anunciado inicialmente por la emisora «W Radio».
«Ha fallecido Fernando Botero, el pintor de nuestras tradiciones y defectos, el pintor de nuestras virtudes. El pintor de nuestra violencia y nuestra paz», recordó el presidente colombiano. Botero había sido hospitalizado por una neumonía, luego dado de alta. Después vino el repentino empeoramiento y el fallecimiento. Nacido en Medellín en 1932, Botero es una de las figuras simbólicas del arte contemporáneo por las formas redondeadas de sus creaciones y el audaz uso del color. En la década de 1970 se trasladó a Italia para trabajar con los mármoles de Carrara para sus esculturas.
Precisamente en Versilia había sido hospitalizado inicialmente. Botero fue ingresado por neumonía en una clínica de Pietrasanta, ciudad en la que pasaba mucho tiempo. Después de recibir el alta, el artista regresó a su casa en Montecarlo donde falleció. Su hija, Lina Botero, hablando en Caracol Radio, explicó que falleció esta mañana en el Principado de Mónaco: «Estaba en muy mal estado de salud desde hace cinco días porque contrajo una neumonía», dijo.
A pesar de la gravedad de su estado físico, el artista había pedido poder regresar «a la tranquilidad de su hogar» y por eso dejó el hospital. Botero, quien recientemente había perdido a su esposa, seguía pintando hasta la semana pasada.
¿Quién era Fernando Botero?
Un verdadero artista polifacético: pintor, escultor y dibujante, Fernando Botero nació el 19 de abril de 1932 en Medellín, segundo de tres hijos, después de estudiar en Colombia, a principios de la década de 1950 emprendió un viaje por mar hacia Europa para familiarizarse con el arte del Viejo Continente, pasando por Madrid, París y Florencia. Esta última ciudad y la Toscana, marcarían su formación cultural. Inscrito en la Academia florentina de San Marco, recibió una fuerte influencia del arte renacentista italiano, estudiando sobre todo la obra de Piero della Francesca, Paolo Uccello y Tiziano. En 1962, durante un viaje a Estados Unidos, Botero alcanzó la fama internacional por primera vez cuando expuso en el Milwaukee Art Center, en Winsconsin.
Su afinidad con el arte de la Península lo llevó en la década de 1970, después de varias estancias en Versilia, a abrir un taller en Pietrasanta, donde nacerían muchas de sus obras más importantes. Su residencia es única en la ciudad toscana, reconocible por la presencia en el techo de un gallo de bronce con las alas extendidas hacia el amanecer. El portal www.versiliamo.com afirma que el artista parece tener antiguos orígenes italianos. De hecho, en el lejano 1780, los hermanos Giuseppe y Paolo Botero zarparon desde el puerto de Génova hacia Medellín.
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