El perfil de la pequeña desaparecida entró en la base de datos del Interpol. Investigaciones sobre las camionetas frente al ex hotel Astor y la hipótesis del secuestro premeditado.
Hay un rastro que lleva a Rumanía a Mia Kataleya Alvarez Chiclio, la niña desaparecida en Florencia desde hace más de diez días. Mientras las investigaciones dentro del antiguo hotel Astor en via Maragliano da una única certeza: la niña no está allí. Ni viva ni muerta. Y mientras el excomandante de la RIS Luciano Garofalo asegura que quien se la llevó tenía un plan preciso, el perfil de la niña peruana ha sido ingresado a la base de datos del Interpol. Porque la ausencia de controles aduaneros en el espacio Schengen puede haber favorecido a alguien que tal vez intentaba llevar Kata al extranjero. La denuncia sobre secuestro con fines de extorsión está aún en pie, mientras tanto, otras posibles hipótesis aparecen para los investigadores. Incluida la pedofilia.
Las furgonetas frente al antiguo hotel Astor
Il Messaggero escribe hoy que a 300 metros de la entrada del antiguo hotel desocupado hay un punto de encuentro para ciudadanos que vienen de Rumania. «Todos los sábados llegan aquí furgonetas rumbo a Rumanía. Los numerosos rumanos que viven en la zona, incluidos los ocupantes ilegales que vivían en el Astor, cargan las mercancías que quieren enviar a sus familias», cuenta al periódico ya mencionado, la propietaria de una tienda de delicatessen ubicada en via Pietro Toselli. Sigue con su versión: «La niña desapareció el sábado. Y la madre, que volvió a casa a partir de las 15.30 horas, esperó a que llegara la noche para llamar a la policía. Habría habido mucho tiempo para que los secuestradores la subieran a una furgoneta y se la llevaran». Los domingos los peruanos suelen reunirse en un parque cercano para hacer picnics y juegos: «Yo vi pasar días antes a la niña con su familia para ir a Le Cascine, era tan hermosa», dice la mujer.
La vía de escape
Si Kata ya no está en el hotel, queda por saber quién se la llevó y cómo?!. Los expertos de ROS han ampliado la gama de análisis de las cámaras. A partir de este análisis, se pudo entender el punto exacto desde el cual la niña salió.
Esto escribe hoy, el periódico, La Nazione, «hay una hipótesis importante sobre la mesa». Que concierne a los ocupantes del antiguo hotel. De hecho, no se dice que la persona buscada sea un extraño. Cuantos más días pasan, más se tiene la impresión de que los investigadores siguen buscando pistas en la gente que conocía la niña. Hay mucho silencio entre la gente, puede ser que las personas sepan pero se quedan calladas. La vía de escape, para los investigadores es la puerta de la parte trasera, que los agentes encontraron cerrada durante la segunda búsqueda. Lo que habría permitido la salida de la niña desde el hotel en un punto donde no hay cámaras. Excepto el de una empresa constructora cuyas imágenes fueron adquiridas por los investigadores.
La versión del padre
La fiscal adjunta de la Dirección Distrital Antimafia Christine Von Borries, que coordina las investigaciones con el fiscal adjunto Luca Tescaroli, siempre persigue la hipótesis del delito de secuestro con fines de extorsión. Y también se investiga la nueva pista que el padre de Kata, Miguel Ángel Romero Chicclo, brindó al Ministerio Público a quien ayer pidió que quería hablar y dar mayores detalles. En otras palabras, el padre de Kata, habría dicho, que los secuestradores se habrían llevado a la niña equivocada del antiguo hotel ocupado en via Maragliano. Para él, Kata no habría sido el objetivo real de los delincuentes aún no identificados, sino otra niña de su misma edad. La razón de esta hipótesis sería la ausencia, al menos hasta el momento, de un motivo claro detrás del secuestro.
Un secuestro premeditado
Según el excomandante del Ris de Parma Garofalo, asesor de la familia junto con algunos abogados, según el «desalojo que se produjo y con la investigación hecha con el GIS, me parece bastante obvio que la niña fue secuestrada y llevada lejos». Pero, agregó Garofano en declaraciones a los periodistas, «no nos pregunten qué pasó, si todavía está viva, cuál fue el propósito porque nadie lo puede decir y es mejor no hacer suposiciones de las que no tenemos elementos». En cualquier caso, dice el excarabinieri, «el secuestro ciertamente fue premeditado. Los secuestros involucran premeditación, ciertamente no involucran una decisión precipitada. Exploramos todas las rutas de entrada y salida, incluso las menos fáciles, porque era justo hacerlo para tener una idea más clara».
«Querían matarme»
Mientras tanto, el ecuatoriano, Manuel M.P., el hombre que cayo volando del tercer piso del hotel Astor, habla con la edición florentina de la Repubblica. “Querían matarme. Yo estaba en la habitación del tercer piso con mi novia y llegaron a tirar la puerta». Eran «como 15, tenían bates de béisbol, palos, barras de hierro. Mi novia y yo nos paramos contra la puerta, tratando de que no entraran». El hombre dice que eran «peruanos que vivían en el primer piso del edificio, es decir, bajo de los rumanos. Algunos dicen que también hubo algunos ecuatorianos pero no es cierto. Soy el único. Deben investigarlos, yo describí con detalles quien me golpeó a la policía. La fractura del brazo me la hicieron con un garrote. Incluso me golpearon en la cabeza». Pero Manuel declara que no sabe por qué fue atacado. “En el primer piso mandaba un peruano. En el segundo un rumano y una rumana. En el tercero, ninguno”, añade. Y de la desaparición de Kata dice que no sabe nada.
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