La mujer de nacionalidad ecuatoriana que trabajaba en Italia como asistente de ancianos ha sido absuelta de los cargos de asesinato e intento de homicidio a otra vecina.
La mujer fue condenada por lesiones y resistencia a un funcionario público y estaba acusada de la muerte de un anciano que cuidaba en San Lazzaro. La defensa: «Satisfacción porque la sentencia destaca el error judicial del arresto por el asesinato de la señora que falleció»
La mujer ecuatoriana fue sentenciada a un año y cuatro meses por lesiones y resistencia a funcionario público, pero fue absuelta del delito más grave: el homicidio al señor para quien trabajaba
El juicio contra Katia Delfina Calderón, de 51 años, de nacionalidad ecuatoriana acusada de matar a Sebastiano Trogu de 90 años en Via Dei Ripalta en San Lazzaro, concluyó ante el juez con una audiencia preliminar, positivamente.
La mujer también fue absuelta del delito de intento de homicidio contra una vecina (un delito no comprobado) y de amenazas contra un vecino, un norteafricano que la había bloqueado cuando ella trataba de darle los primeros auxilios al hombre, según el artículo del periódico Il Piacenza.
Sin embargo, fue condenada por resistirse a un funcionario público. La absolución por asesinato fue porque el hecho no es un delito
«Estoy satisfecho – dijo el defensor de la mujer, el abogado Andrea Perini – porque esta absolución muestra que en la base del arresto hubo un error judicial con respecto a las acusaciones de asesinato e intento de asesinato».
El juez también ordenó una indemnización de 2.500 euros para el vecino por los golpes. Incluso los hijos del anciano fallecido habían formado una parte civil con el abogado Paolo Campana. «Antes de decidir si apelar, dijo Campana, quiero leer los motivos». Por lo tanto, la mujer asistente de ancianos no habría golpeado al anciano.
El hombre, como había surgido en la audiencia anterior, donde el mismo fiscal público, Matteo Centini, había pedido una absolución por asesinato, habría caído accidentalmente, provocandose una grave lesión en la cabeza que dos meses y medio después lo llevó a la muerte.
Según varios informes presentados en la sala del tribunal, el hombre de 90 años no habría sido golpeado: los rastros de sangre analizados habían excluido los traumas derivados de golpes o patadas, pero había resaltado la compatibilidad de la herida profunda de la cabeza con una caída.
En la confusión de la caida del anciano, habría surgido una pelea entre la ecuatoriana y el vecino que se había apresurado a ver que sucedia después de escuchar gritos.
Los gritos, según lo que escribe el periódico Il Piacenza, eran los del asistente de ancianos, que cuando habría llegado a casa, habría descubierto al anciano en el suelo, lleno de sangre. Así la ecuatoriana habría tratado de revivirlo, haciendo pensar a la gente que habia intervenido que sería ella a haberlo matado.
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