Cambian llaves a escondidas. De Cancillería le llega fax anunciando fin de mandato. Grover Terán: «por detrás veo un complot»
Roma, lunes 19 marzo 2012 – El embajador de Bolivia en Italia Grover Terán entró hoy por la tarde en la sede de su país en Roma, acompañado por la policía, visto que denunció no le querían dejar entrar.
Una vez en la embajada, el embajador realizó una rueda de prensa con algunos periodistas e indicó que en la sede de vía Brenta 2 habían cambiado la cerradura sin pedirle autorización y que por lo tanto en la mañana no había podido entrar, motivo por el cual recurrió a la policía.
Indicó también que fue removido de su cargo a inicios de mes y que le fue anunciado vía fax, y no por carta como indica el protocolo.
Foto. El embajador durante la rueda de prensa en la Embajada de Bolivia en Italia
El embajador quiso indicar algunos logros de su gestión en favor de Bolivia como un plan FAO de seguridad alimentaria que podrá durar unos 20 años, uno con el FIDA para mejoramiento genético con los camélidos y otro con la declaración del año internacional de la quinua.
Por lo que se refiere a la interna existente, para el embajador se trata de un complot en su contra por haber descubierto algunas irregularidades contables de la gestión anterior y debido a denuncias de las cuales no conoce con precisión el contenido –dijo– pero que envenenaron el clima en su contra en la cancillería en La Paz.
ijo que el presidente Evo Morales estaba relativamente al corriente del caso pero que él no había logrado comunicarse telefónicamente.
Indicó que el fax de cancillería llegado el 6 de este mes le notificó que el 30 de marzo de 2012 deberá entregar sus credenciales. El diplomático político apuntó el dedo contra algunos funcionarios de la embajada presentes y otros ya no en la misma, como el consejero Eduardo Ugarteche y el embajador emérito Elmer Caterina.
Prosiguió indicando: “Me han venido notas indicando que debo revisar informes de años anteriores en la cual me había dado cuenta de algunas irregularidades existentes” dijo por lo que “informé a cancillería de Bolivia”.
Precisó que además hizo una denuncia ante la procuradoría pues según supo “alguien falsificó mi firma en la venta de una movilidad del que ni siquiera sabía de su existencia”.
Después del 30 de marzo, indicó que regresará a Bolivia, si bien teme por la incolumnidad de su familia y que incluso ha pensado en el exilio.
En la embajada “me han ocultado información desde el primer día que he llegado” dijo. Y que un consejero se enfadó cuando por ejemplo había firmado una nota autorizando descargo de material en la aduana del aeropuerto en Milán”.
