Por causa de la falta de trabajo siempre más mujeres italianas vuelven a trabajar como ayudantes domésticas y entran en competción con las mujeres del este de Europa.
Roma, 7 Noviembre 2012 – Las domésticas vuelven las mismas italianas. Complice la cirsis, mujeres que perdierón el trabajo o con un marido despedido o separadas y con hijos, están en competición con las ya tradicionales figuras de domésticas y empleadas que se ocupan de la asistencia de ancianos e inválidos. Que son casi siempre extranjero : rumanas : el 20% de los casos, ucraino en el 10%, polaco en el 7,7% y moldavo en el 6,2%.
El monopolio del sector se queda en manos de las inmigrantes pero el fenómeno del retorno de las mujeres domésticas, cuidando a los ancianos que viven solos o a los enfermos existe. Nos podemos dar cuenta por ejemplo del número de inscripciones a los cursos de formación que se han activado en toda Italia. Como los proyectos pilotos que introducen las domésticas de condominios en Turín, Roma, Milán, organizados por la Asociación de los Propietarios de Inmuébles.
En esta situación, los datos revelan un aumento en los últimos meses de un diez por ciento de trabajadoras italianas. Y los numerosos cursos de especialización (datos Acli Colf) demuestran inegablemente el interés de las italianas. En Turín de las 948 inscripciones del 2008 se ha pasado a los 1757 del 2010, un aumento seco del 85%.
La doméstica italiana puede tener algunas ventajas respecto a la comptencia : una familia prefiere por ejemplo si quiere encomendar al propio abuelo o a alguien que hable italiano o incluso el dialecto de la casa, sabe cocinar los platos italianos. En media tiene entre los 45 y 50 años, es más anciana.
Para todas, italianas o extranjeras, la prospectiva es un salario medio de 6,50 euros por hora y cuando estan en regla, 10 euros si no estan en regla (las italianas no necesitan permisos de residencia y ni si quiera tarjetas, documentos o sanatorias).
C.Z.León
