Italia celebra elecciones el próximo día 25 de septiembre con una una amplia oferta de partidos, que necesariamente deben formar coaliciones si aspiran a formar gobierno. El sistema electoral italiano, el llamado Rosatellum bis, es una una mezcla entre mayoritario y proporcional pero donde reina la parte proporcional: el 64% de las listas plurinominales frente al 36% de los colegios uninominales.
Las principales formaciones de derecha y extrema derecha concurren unidas, lo que les da ventaja, y con el viento de las encuestas a favor. La Liga de Matteo Salvini, Forza Italia de Berlusconi y los Hermanos de Italia de Giorgia Meloni acordaron concurrir unidos bajo el lema «Por Italia».
Por el contrario, el Movimiento 5 Estrellas (M5S), la formación más votada en las elecciones de 2018, comparece en solitario tras sufrir importantes escisiones. El centro-izquierda está fracturado entre una formación principal, el Partido Democrático de Enrico Letta, una coalición de dos partidos de sendos ex dirigentes del PD (el Tercer Polo) y varios partidos menores.
Según los sondeos, la coalición de derecha y extrema derecha podría obtener el 45,6 %, mientras que el PD más los partidos menores cercanos no llegaría al 30 %.
Entre los candidatos italianos hay varios ex primeros ministros y caras conocidas de la política nacional y europea.
La coalición de derecha
Berlusconi fue el muñidor del acuerdo alcanzado con Salvini y Meloni tras provocar la caída del gobierno de Mario Draghi. El programa de gobierno, titulado «Por Italia», recoge de manera expresa el compromiso «europeista» con la Unión Europea (UE) y la OTAN, un requisito para recibir el beneplácito de Bruselas en un momento en el que Italia cuenta con los fondos de recuperación post-pandemia. También el apoyo a Ucrania frente a Rusia, que se había puesto en duda por las simpatías pro-Putin de Berlusconi y Salvini.
La coalición propone una UE «más política y menos burocrática» y se compromete a defender los «intereses nacionales» en asuntos como el control de fronteras o la transición ecológica. También habla de «defender y promover las raíces e identidades históricas y culturales clásicas y judeocristianas de Europa».
La coalición propone la elección directa del presidente del país y ampliar el autogobierno de las regiones para avanzar hacia un modelo federal.
En inmigración, el programa pone el énfasis en aumentar la seguridad y la «defensa de las fronteras nacionales y europeas», impidiendo los desembarcos, y crear centros de internamiento para los en el norte de África.
En política económica, además de reducir impuestos y extender una tarifa plana a los autónomos que facturen hasta 100.000 euros anuales. propone un ambicioso plan de infraestructuras pagado con los fondos europeos, la promoción de la producción nacional (Made in Italy) y un plan de apoyo a la natalidad.
La Liga Norte de Matteo Salvini
Ex ministro de Interior, Matteo Salvini (Milán, 1973), es el líder de la Liga. Su pasada admiración por Vladímir Putin y el nacionalismo ruso ha manchado su imagen tras el inicio de la guerra de Ucrania. Recientemente, ha cuestionado las sanciones europeas a Rusia. También declaró en su día su cercanía a Donald Trump.
Salvini es periodista de profesión, y ha ejercido durante 10 años, siempre en medios vinculados o simpatizantes de su espacio político.
Algunas propuestas de la Liga se inclinan más a la derecha que el programa común de la coalición. En inmigración, un tema clave para el partido, propone recuperar las leyes introducidas por Salvini en 2018, cuando era ministro de Interior, que cerraba a los puertos a los barcos que rescatan a personas en el Mediterráneo e imponía multas a las ONG. La aplicación de esta política le costó a Salvini varias denuncias por denegación de auxilio y difamación.
La Liga también se opone al matrimonio entre personas del mismo sexo y pretende «proteger» a los menores contra «la deconstrucción de la indentidad sexual» y el «adoctrinacmiento de género», además de oponerse al aborto y la eutanasia.
También propone organizar una «gran conferencia de paz» para acabar con la guerra de Ucrania que «redefina los intereses y regule la convivencia pacífica».
Forza Italia y Silvio Berlusconi
Primer ministro de Italia en varias ocasiones, magnate de los medios y líder de la derecha más tradicional representada por Forza Italia, Berlusconi (85 años) ha hecho posible la coalición con los ultraderechistas Hermanos de Italia y con los euroescépticos y xenófobos de la Liga. La alianza ha recibido el beneplácito del Partido Popular Europeo, al que pertenece FI.
Berlusconi comenzó como promotor inmobiliario en su Milán natal, para convertirse luego en magnate de los medios de comunicación (es el propietario de Mediaset, el mayor grupo mediático de Italia) y después dio el salto a la política, en 1993, hasta conseguir ser primer ministro en tres etapas diferentes (1994-1995, 2001-2006 y 2008-2011). Por el camino, ha amasado una fortuna que le ha convertido en uno de los hombres más ricos de Italia.
Inhabilitado en 2013 por el ‘caso Mediaset’, la Justicia italiana retiró la inhabilitación en 2018, abriendo la puerta a su regreso a la política activa. Ni este caso ni el escándalo de lasorgías que celebraba en sus lujosas villas o la condena por incitación a la prostitución en el caso Ruby han conseguido acabar con la carrera política de Il Cavaliere.
Fratelli d’Italia: la ultraderecha de Giorgia Meloni
El partido de los Hermanos de Italia obtuvo un 4 % del voto en 2018. Sin embargo, ahora las encuestas le disparan hasta la primera posición, con un 24 %. Ha sido la única formación política que se ha mantenido siempre en la oposición y al margen de los gobiernos de unidad dirigidos por Mario Draghi.
Formación de ultraderecha, fundada en 2012 a partir del neofascista Movimiento Social Italiano, su ideología está alineada con Vox en España, con el partido de Víktor Orbán en Hungría o con el gobernante Partido Ley y Justicia en Polonia.
Meloni (1977, Roma) es periodista, fue diputada en 2006 y ejerció como ministra de Juventud con Berlusconi entre 2008 y 2011. Partidaria en el pasado de rehabilitar la figura de Mussolini, Meloni ha moderado su discurso y ha hecho hincapié en que no romperá la unidad europea en el apoyo a Ucrania.
El programa propio de los Hermanos promete «rescatar a Italia de años de malgobierno de la izquierda». La formación hace hincapié en la seguridad y pinta un panorama de «ciudades degradadas e invivibles» que se han convertido en «teatro de ocupaciones abusivas y violencia».
El Movimiento 5 Estrellas y Giuseppe Conte
La formación que nació como movimiento asambleario y anti-sistema fue la más votada en las pasadas elecciones y se convirtió en la espina dorsal del los últimos gobiernos italianos. La retirada del apoyo a Draghi en el Parlamento fue lo que finalmente forzó su dimisión.
En 2018, la búsqueda de un nombre de consenso para pilotar el Gobierno pactado entre el M5S y la Liga les llevó a proponer como primer ministro a un independiente, Giuseppe Conte.
El anterior líder del M5S y ministro de Exteriores, Luigi di Maio, ha liderado la mayor escisión del Movimiento para formar su propio partido, Compromiso Cívico.
Profesor de derecho administrativo, Conte (Volturara Appula, región de Apulia, 1964) era en 2018 un desconocido para el gran público y sin ninguna experiencia política, pero desde entonces se ha convertido en el líder de los stellati y como tal encabeza su lista.
El M5S asegura haber cumplido el 80% de sus compromisos de 2018, y se atribuye el logro de haber logrado un crecimiento económico en 2021. Prometen establecer un salario mínimo de nueve euros brutos a la hora y limitar la contratación temporal, ayudas a los jóvenes para la vivienda, paridad salarial para las mujeres, un nuevo «superbono» energético, poner la Sanidad bajo la gestión directa del Estado y el matrimonio igualitario.
Dos formaciones escindidas del M5S podrían robarle votos a la formación. Una es Compromiso Cívico, del exlíder stellato y ministro de Exteriores Luigi di Maio, que se presenta junto al Centro Democrático de Bruno Tabacci.
La otras es Italexit, de Gianluigi Paragone, cuyo único programa es que Italia abandone la UE, y al que las encuestas atribuyen un resultado en torno al 3%.
El Partido Democrático de Enrico Letta
El Partido Democrático (PD) es el heredero de la socialdemocracia italiana. Principal formación de centro-izquierda, está encuadrado en el Partido Socialdemócrata Europeo.
Tras sucesivos abandonos y cambios de liderazgo, Enrico Letta (Pisa, 1966), primer ministro en 2013-2014, dirige actualmente el partido y lo presenta a estas elecciones sin haber podido conformar una coalición. Por tanto, parte con desventaja.
Letta ha pedido concentrar el voto progresista en su partido para evitar que la dispersión amplíe aún más la ventaja de la derecha. Además, espera contar con el apoyo de formaciones menores, como Izquierda-Verdes y +Europa (esta última liderada por la veterana europeista Emma Bonino).
El PD promete en su programa continuar las políticas de Mario Draghi y cumplir los compromisos del Plan Nacional de Recuperación y Resiliencia. Apuesta por la cohesión social, la solidaridad, la lucha contra la desigualdad y la transición ecológica contra el cambio climático, además de subrayar la lealtad con la UE.
El PD advierte también del peligro que supone una coalición de derecha y extrema derecha vinculada a Trump, Orban o Putin.
El Tercer Polo: la coalición de Calenda y Renzi
El exministro de Desarrollo, Carlo Calenda, y el ex primer ministro Matteo Renzi, ambos ex-PD, han creado sus respectivas formaciones: Acción e Italia Viva. La coalición entre ambas, el llamado Tercer Polo, restará votos al PD, según los sondeos, facilitando así el gobierno de derecha y ultraderecha.
El Tercer Polo presenta un programa «reformista» que bebe tanto en las políticas del gobierno de Draghi como del periodo de Renzi como primer ministro. Propone ayudas fiscales a jóvenes y pequeñas empresas; introducir un salario mínimo; inversión en infraestructuras; prestar especial atención al desarrollo del sur de Italia; medidas para la paridad salarial hombre-mujer, y promover la seguridad energética con un mix de energías renovables y nuclear.
En inmigración, aboga por «combatir la inmigración irregular favoreciendo el la entrada regular y programada», para revertir el descenso demográfico. También propone una reforma constitucional para «superar el bicameralismo paritario» y facilitar la labor legislativa.
Te puede interesar: