El nuevo plan de racionamiento busca frenar el agravamiento de la crisis derivada de la falta de gas en los países europeos por las sanciones a Rusia.
Las escuelas y otros edificios públicos en Italia tendrán prohibido ajustar su aire acondicionado a menos de 25 °C a partir del próximo mes, bajo un plan destinado a ayudar al país a esquivar una crisis energética exacerbada por la guerra en Ucrania. La iniciativa de racionamiento de energía, llamada “termostato de operación”, se produce cuando el gobierno italiano busca socios alternativos para reemplazar el gas natural importado desde Rusia de donde provenía alrededor del 45% de esta fuente de energía. Para esta tarea dos ministros italianos viajaron este miércoles a África central en busca de nuevos proveedores.
El debate sobre la energía desperdiciada a través del aire acondicionado surgió después de que el primer ministro, Mario Draghi, usara irónicamente el aire acondicionado como ejemplo de algo que los italianos podrían tener que sacrificar a cambio de la paz en Ucrania. “¿Queremos tener paz o queremos tener el aire acondicionado encendido?” dijo a principios de este mes, después de prometer que Italia cumpliría si la UE decidiera imponer un embargo al gas ruso.
Las reglas comenzarán el 1 de mayo y estarán vigentes hasta el 31 de marzo del próximo año, y la calefacción en los edificios públicos durante el invierno no podrá exceder los 19°C. Todavía no está claro cómo se vigilará la medida, pero los inspectores del Ministerio de Trabajo podrían realizar controles, y aquellos que incumplan los límites serán multados con entre 500 y 3.000 euros (546 a 3.256 dólares), informó Il Messaggero. La medida no se aplica a los hospitales pero eventualmente puede extenderse a las casas particulares.
Renato Brunetta, ministro de administración pública, dijo que la iniciativa, presentada por el Movimiento Cinco Estrellas, era una señal “positiva” y ahorraría entre 2.000 y 4.000 millones de metros cúbicos de gas al año. Alrededor del 57% de los costos de energía de un edificio de oficinas públicas proviene del control de la temperatura. “Es cierto que la administración pública está dando un buen ejemplo, reduciendo el desperdicio y concienciando a los ciudadanos sobre la racionalización del consumo. Es una forma sencilla de contribuir y reducir la dependencia del gas”, afirmó por su parte Angela Masi, política del Movimiento Cinco Estrellas.
Después de viajar a Argelia la semana pasada para llegar a un acuerdo de gas, Draghi se vio obligado a cancelar viajes a Angola y la República del Congo después de dar positivo por Covid-19. En cambio, enviará a su ministro de Relaciones Exteriores, Luigi Di Maio, y a Roberto Cingolani, el ministro de transición ecológica. En una entrevista con el Corriere della Sera el domingo, Draghi dijo: “No queremos depender más del gas ruso, porque la dependencia económica no debe convertirse en sujeción política. La diversificación es posible y se puede implementar en un período de tiempo relativamente corto, más rápido de lo que imaginamos hace solo un mes”.
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