Se llama Camilla Moccia, tiene 22 años y un restaurante en Ostia (Italia). Esta semana su foto, sentada en el suelo, con los brazos sobre las rodillas y la cabeza baja apoyada sobre los mismos se ha vuelto viral entre los italianos.
Su foto ha sido vista como el símbolo de la “desesperación” de todo un sector, el de la hostelería, que no levanta cabeza tras un año de pandemia por el coronavirus.
La autora de la foto viral ha sido Simona Fares, madre de la protagonista. La tomó y la compartió en su página de Facebook con un mensaje escrito el pasado sábado en el que describía la estampa como “tierna, dramática, elocuente, silenciosa, se puede captar el cansancio y la angustia en la que toda una categoría de personas» que han sido puesta a prueba por los «errores clamorosos por parte de quienes nos gobiernan”.
En su texto, ampliamente aplaudido, Fares pedía “respeto por quienes, como Camilla, han planeado su futuro en base a un trabajo que para ella es pasión y vida”. La foto, elocuente y tremendamente significativa, ha sido compartida infinidad de veces por los internautas dando el salto de Facebook a Twitter, red social a la que ha acudido la propia Camilla para identificarse como protagonista de la misma y agradecer el apoyo que está recibiendo.
“Sí desafortunadamente soy yo. Mi nombre es Camilla, tengo 22 años y soy la propietaria de Il Bistrot della Pasticciona. Lo abrí con muchos sacrificios y os juro que no me rendiré, a pesar de todo”, publicaba en un perfil de Twitter abierto tras el éxito viral de la foto sacada y compartida por su madre.
Medios italianos se han hecho eco de su historia y desde la agencia de noticias Ansa se han desplazado hasta su local para hablar con ella. En esas declaraciones recogidas por diversos medios, ha contado que la foto se la tomaron en un día sin reservas, que se fue al sitio donde suele comer y que fue un momento de incomodidad, “porque cuando te paras los pensamientos salen a la superficie”.
Añadía sobre ese momento preciso que recoge la imagen que “son minutos oscuros que se van rápido, que es lo importante”. Las redes se han llenado de mensajes de apoyo y solidaridad bajo el hashtag #ForzaCamilla para con esta joven emprendedora que, como tantos otros propietarios de bares, restaurantes y locales de la hostelería llevan meses cerrados o abiertos a medio gas sin poder ver luz al final del túnel.
La pandemia está dejando multitud de imágenes virales que se convierten en icónicas y documentos gráficos de una crisis a nivel mundial que dura ya un año. La de Camilla recuerda a la de los sanitarios exhaustos en un banco a la puerta del hospital durante la segunda ola de contagios. Aunque puede que la más dura y la que más impacto causó tanto dentro como fuera de Italia fue la de la fila de camiones del Ejército cargados de ataúdes en la primera ola.
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