La mujer de nacionalidad peruana que vive en Italia desde hace muchos años para justificar que faltó al trabajo dado que la noche anterior había tomado demasiado declaró a sus jefes que había sido violada.
La noche anterior a la falsa confesión la mujer había bebido demasiado en una fiesta y a la mañana siguiente, debido a una noche de abuso de alcohol, no pudo llegar a su lugar de trabajo.
¿Y cuál fue la super idea de la peruana de 29 años, protagonista esta historia para justificar su falta al trabajo? Inventarse que había sido violada sexualmente para justificar su ausencia con el jefe, como escribe en su artículo la periodista Cristina Gauri del periódico Il Primato Nazionale.
Una falsa declaración lo de la violencia sexual y el único resultado de esta mentira es no tener la credibilidad en futuros informes de acoso y violación, reales, cuyas víctimas, debido a estas mistificaciones , tendrán que luchar aún más para que las crean.
Esta historia sucedió en San Remo, donde la policía acusó a la peruana involucrada de causar alarma y de falso testimonio.
Todo comenzó cuando, una mañana, la mujer de 29 años llegó a la estación de policía de la ciudad, informando a los agentes que no se recuerda nada de lo que había sucedido el día anterior hasta según la declaración de la peruana se habría despertado en un banco en la estación de trenes de Ventimiglia después de haber pasado una tarde en un local en Sanremo (que está a unos 16 km) en compañía de algunos amigos.
La peruana le dijo además a la policía que había notado algunos moretones en su cuerpo y que le habían robado la billetera y el teléfono móvil. De ahí la decisión de ir a la estación de policía, por temor de haber sido violada cuando ella estaba en esas condiciones.
Así inician las investigaciones: los agentes revisan las imágenes del circuito de videovigilancia de la ciudad, logrando reconstruir todos los movimientos de la joven de 29 años durante su apagón mental y determinan que la mujer, esa noche, no había sufrido ninguna agresión.
Como confirmación adicional, la visita del especialista al hospital no revela ningún signo de violencia sexual , lo que plantea las primeras dudas sobre las declaraciones de la mujer.
Además, a partir de los testimonios adquiridos por los investigadores, resultó que la peruana había pasado la noche consumiendo alcohol de manera incontrolada después de una crisis de celos al ver a un ex novio con otra.
Al llegar a la mañana siguiente en condiciones físicas bastante precarias, ni siquiera había podido levantarse de la cama para ir a trabajar. Y es por eso y por temor a no poder justificar su ausencia, había inventado todo, diciendo que podría haber sido violada.
Esta mentira no solo le costó la denuncia , sino que ahora también corre el riesgo de perder su trabajo .