Pero no es suficiente, pues los nuevos ciudadanos se integran y pasan a sufrir la falta de ayuda del Estado
Italia vive un ‘invierno demográfico’ y la única inversión de tendencia es gracias a los inmigrantes que llegan, a la mayor tasa de fertilidad de las extranjeras y a las reunificaciones familiares. Aunque a medida que los inmigrantes se integran tienden a bajar el número de hijos, especialmente en las grandes ciudades.
Lo indican los datos del Instituto Nacional de Estadisticas de Italia, que retoma el dossier de la Conferencia Episcopal Italiana «Il cambiamento demografico» los cuales demuestran que la población de Italia para ser sustentable tiene un déficit de nacimientos de unos 150 mil al año. Pues hoy los under 20 son la misma cantidad que los over 65 y solamente el 20 por ciento de la población italiana tiene menos de 20 años.
¿Cómo invertir la tendencia? El problema por un lado es delicado pues intervenciones drásticas de gobiernos para guiar la natalidad produjeron situaciones tremendas, como en China la política del hijo único o en Suecia con un aumento desproporcionado de madres solteras que gozaban de beneficios fiscales justamente por tener hijos fuera de un núcleo familiar.
Entretanto tampoco es tan difícil. Las estadísticas indican como las madres italianas que tienen una fecundidad medida de 1,4 hijos, aunque su deseo es de tener 2,1 hijos. Claro, son estadísticas y los hijos se hacen enteros, uno a uno, por lo que significa que existen también las que quieren tener tres hijos. Las madres y no solamente las italianas, indican que un gran problema es de tipo económico, por lo que en general no se dice No a un segundo o tercer hijo, pero se posterga en el tiempo la decisión.
O sea como primera cosa es necesario una ayuda a las familias con amortiguadores sociales e incentivos fiscales para que los hijos no sean un peso. La mayoría de las familias con tres o más hijos, según los datos Istat, viven en situación de pobreza relativa, o en el margen de la misma.
Y también crear condiciones culturales por las que se entienda que los hijos no son solamente un peso pero también un recurso no solamente para los padres pero para toda la sociedad.
Así como el trabajo de un individuo es un bien no sólo para él pero para toda la sociedad, los hijos también. El fenómeno de las cunas vacías afectará a las pensiones de las generaciones futuras. Los inmigrantes han traido una ayuda, pero seguramente no basta, pues si no parten situaciones que favorezcan desde el punto de vista económico y cultura, también ellos serán afectados.
H. Sergio Mora
