Roma, 8 de septiembre de 2011 – Entrar en Italia cuesta más. Desde el primero de julio pasado aumentó de 90 a 105 euros el costo de la visa para estadías de largo período.
La visa es indispensable para quien se queda más de tres meses, se entrega a los trabajadores que llegan con los flujos de ingreso, o a quien hace reunificación familiar.
La visa es el único impuesto que tiene que pagar quien entra en Italia.
De otro lado, muchos consulados, como siempre con pocos funcionarios y medios, han cedido a empresas privadas la tarea de gestionar las relaciones con el público, a veces cerrando los otros canales.
A través de las agencias los aspirantes inmigrantes presentan sus solicitudes, fijan citas y obtienen documentos, pero son siempre obligados a pagar un extra por el servicio de la agencia.
Sin contar a los estafadores o coleros que giran en torno a los consulados fingiéndose mediadores capaces de resolver documentación y una vez que recibieron el dinero desaparecen sin dejar rastro.