Roma, lunes 20 de junio de 2011 – Una guía multilingüe realizada por la Asociación Bancaria Italiana (ABI), el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados y algunas ONG’s intenta cooperar para abrir a los inmigrantes, y a los 37 mil millones de euros que declaran al fisco cada año, las puertas de los bancos. Fuente: Ansa
Actualmente más de un millón y medio de extranjeros es cliente de una filial y, considerando también la oficina de correos, siete inmigrantes regulares de cada 10 tienen una cuenta corriente, pero la integración financiera choca con la dificultad del acceso a informaciones y discriminaciones.
En particular, los 300 mil emprendedores extranjeros «reciben líneas de crédito inferiores y pagan tasas de interés más altas que los italianos», según el dirigente de la Banca de Italia, Paolo Sestito.
«La inclusión financiera de los 5 millones de inmigrantes presentes en Italia representa una importante palanca para la integración social», dijo el vicepresidente de ABI, Guido Rosa, al presentar un informe realizado con el centro de estudios Cespi.
«Es además un tema importante de legalidad -añadió el presidente de la Asociación Cristiana de Trabajadores Italianos, ACLI, Andrea Olivero- que puede hacer que los extranjeros no queden sujetos a la usura favoreciendo el tránsito de sus movimientos monetarios, a partir de las remesas, sobre circuitos legales».
Las remesas de los inmigrantes equivalen a 6.300 millones cada año, alrededor de 1.550 euros por persona, y crecieron casi 10 veces desde el 2000.