Francisco: «Basta de enriquecimientos con los bienes que pertenecen a todos. “Condenado el distrito de la Santa Muerte», el amado templo de los narcos.
ECATEPEC – México se convierta en «una tierra que no debe llorar hombres y mujeres, jóvenes y niños que terminan destruidos en manos de los traficantes de la muerte». Estas fueron las palabras de esperanza del Papa en el Ángelus en Ecatepec, ciudad satélite de la capital mexicana, en el barrio de «Santa Muerte», el templo conocido también como la “Niña blanca” adorado por los traficantes de drogas.
El pontífice pidió que «se destaquen las buenas obras dado que hay muy buenos recursos para todas las iniciativas que pueden ayudar a hacer que este bendita tierra mexicana sea una tierra de oportunidades donde no haya necesidad de emigrar para soñar, donde no haya necesidad de ser explotado en el trabajo; donde no haya desesperación».
Las tres tentaciones. En la misa, ante más de 300.000 personas, Bergoglio ha explicado como es necesario «desenmascarar las tres grandes formas de la tentación» que seducen a los seres humanos, el dinero, la fama y el poder, que «las mismas amenazan al plan que ha preparado Dios para nosotros» cuyo nombre es «merced» y cuyo deseo es «sanar nuestros corazones de todo lo que degrada». Para Bergoglio no se debe ceder a la tentación de «una sociedad dividida y en conflicto», porque «hemos elegido Jesús y no el diablo».
El Papa sin mencionarla por su nombre hizo lo que ha comenzado ha ser interpretado como una condena a la Santa Muerte, un ídolo representado por un esqueleto con hábito que no reconoce la Iglesia católica y que tiene entre sus fieles a criminales y narcotraficantes. Los adeptos a este culto, presentan a la “Santa Muerte” o “Señora” o “Niña blanca” como una entidad espiritual que dicen ha existido siempre, desde el principio de los tiempos hasta nuestros días, por lo que maneja una energía denominada energía de la muerte,capaz de materializarse en una figura, que concentra tanto la fuerza creadora como la destructora del universo.