Roma, jueves 26 de mayo de 2011
Una propuesta que no le ha gustado a la ministro de Educación Maristella Gelmini, que indicó la propuesta “no como una prioridad”.
El candidato a la alcaldía explicó: “sobre el voto de los inmigrantes decide la ley nacional y no decide la Comuna – dijo -, y en lo que respecta a la Comuna los ciudadanos inmigrantes regulares, que trabajan y pagan los impuestos en Milán, tienen el derecho de participar a algunas opciones”.
Pisapia mencionó el ejemplo relacionado con los Consejos de zona y aquellas en relación a los referéndum de consulta, “de los cuáles la Comuna – continúa Pisapia – hará uso de éstos años, porque nuestra intención es de gobernar en comunión con los ciudadanos” – concluyó.
Las reacciones
De otro lado, las reacciones no se hacen esperar, Viviana Beccalosi, vicecoordinadora del Pdl en Lombardia, comenta – “Giuliano Pisapia ha repetido de extender el viejo proyecto de la izquierda de ampliar el voto a los inmigrantes.
Se trata de una propuesta muchas veces nombrada y puntualmente rechazada y también ahora. El voto a los inmigrantes no está ciertamente entre las prioridades para los ciudadanos milaneses, que al contrario, piden respuestas acerca de la seguridad, sobre los impuestos y la eficiencia de la administración. Es evidente que la atención del candidato de izquierda se refiere a todo menos a los problemas que interesan a los milaneses, que de éste modo confirmarán la confianza a Letizia Moratti y al centro de derecha”.
“El voto al inmigrante – comenta Beccalossi – he aquí lo que faltaba para saldar la cadena que bloqueará para siempre Milán – continúa – en el caso que Pisapia ganase en el balotaje”.
“No contentándose de confirmar la realización de una gran Mosquea – agrega la Beccalossi- Pisapia decide de autorizar a los inmigrantes la suerte de la ciudad.
Una elección que nosotros del centro de derecha, hemos combatido siempre y que es justo que lo tengan presente los electores, cambiará radicalmente los equilibrios de una ciudad Milanés de los milaneses, que de hospitalaria y solidaria arriesga de convertirse en subalterna” – concluyó Beccalossi.
