Días antes de la agresión, el atacante se fotografió posando en la cabina.
Días antes de subirse a un camión y matar a 84 personas en Niza, Mohamed Lahouaiej Bouhlel se hizo un selfie en el vehículo sacando el dedo medio a la cámara.
En la cabina también aparece otro hombre que aún no ha sido identificado. En otra de las fotografías sacadas a la luz le muestran al del mismo camión blanco de 19 toneladas sonriendo a la cámara acompañado de un hombre, también sin identificar, que lleva una camiseta del Paris Saint Germain.
Las fotografías forman parte de las últimas revelaciones del caso del asesino de 31 años que el Día de la Bastilla arrolló a cientos de personas en el turístico Paseo de los Ingleses.
Aunque el Estado Islámico reivindicara hace unos días el atentado, los descubrimientos de la policía francesa apuntan a que Lahouaiej nunca tuvo contactos con los yihadistas y posiblemente se radicalizara solo en casa.
Según el fiscal François Molins, la matanza había sido premeditada con anterioridad y ocho días antes del ataque el asesino se dejó crecer la barba por motivos religiosos, como explicó a sus amigos.
Sin embargo, hasta ese momento Lahouaiej nunca demostró ningún signo de ser religioso. «Comía carne de cerdo, bebía alcohol, tomaba drogas y tenía una vida sexual promiscua», ha relatado Molins. A pesar de que no hay indicios de que Lahouaiej formara parte del ISIS, sí se han descubierto en su ordenador enlaces a webs yihadistas, imágenes violentas y artículos sobre el ataque de Orlando, el asesinato de dos policías en Magnanville y la investigación sobre Osama Bin Laden.
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Fuente: Efe