Rodrigo Duterte ha realizado tal afirmación en respuesta a las críticas que Bruselas dirigió contra su violenta campaña antidroga. El mandatario ya había calificado a Obama de «hijo de puta» por el mismo hecho.
El presidente de Filipinas ha vuelto a la polémica tras responder con un «Váyanse a la mierda» a las críticas que la Unión Europea ha realizado en contra de una campaña antidroga que se ha saldado con al menos 3.500 muertos desde su investidura el pasado 30 de junio. Esta abrupta respuesta recuerda a la realizada por el mandatario a principios de mes, cuando calificó de «hijo de puta» a Obama por realizar las mismas críticas. Por aquel entonces, el suceso provocó todo un incidente diplomático que se saldó con las disculpas de Duterte.
«Ahora la UE tiene el descaro de condenar (la campaña contra las drogas). Repito, que se vayan a la mierda», dijo Duterte el lunes por la noche en un discurso en la ciudad sureña de Davao, tras lo cual mostró un dedo anular para recalcar su mensaje, según el diario local «Philstar». Los nuevos exabruptos de Duterte se producen pocos días después de que el Parlamento Europeo expresara en una resolución su preocupación por el elevado número de víctimas que está causando la campaña contra las drogas del mandatario filipino.
«Los miembros del Parlamento Europeo urgen al gobierno de Filipinas a poner fin a la ola de ejecuciones extrajudiciales y matanzas, a iniciar una investigación inmediata y adoptar políticas y programas específicos y extensos», dijo en un comunicado la UE el pasado jueves. El mandatario filipino opinó que la razón por la que la UE le está criticando es porque se sienten culpables por crímenes cometidos por los países europeos.
«Cuando leí las condenas de la UE dije «que os jodan». Lo estáis haciendo para expiar vuestros pecados. Ahora son estrictos porque se sienten culpables», explicó Duterte. «¿A quién he matado? ¿A 1.700 aquí? ¿Llamáis a eso genocidio? ¿A cuántos habéis matado vosotros?», cuestionó. El jefe de Estado de Filipinas señaló en concreto a países como Francia y el Reino Unido que, dijo, apoyaron a EEUU en ataques contra países de Oriente Próximo que han dejado un número elevado de muertos.
Desde que fuera elegido presidente en las elecciones del pasado 9 de mayo, Duterte también ha llamado hipócritas a EEUU por las críticas a su violenta campaña antidroga, ya que apunta que olvidan las masacres cometidas por los estadounidenses a principios del siglo XX en el sur de Filipinas. Asimismo, ha calificado de «hijo de puta» al presidente de EEUU, Barack Obama, aunque más tarde lamentó que se hubiera tomado el insulto como un «ataque personal», mientras que su equipo de comunicación se esforzaba en culpar a los medios por malinterpretar sus palabras.
Duterte, además, se ha negado a reunirse con el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, y ha tildado a las Naciones Unidas de «inútil». El presidente filipino ganó holgadamente los comicios presidenciales con la promesa de acabar con el problema de la droga en sus primeros seis meses de mandato, y desde entonces ha instado en numerosas ocasiones a la Policía y los ciudadanos a matar a narcotraficantes y consumidores de drogas.
Casi 3.500 supuestos narcotraficantes y drogadictos han muerto desde que empezó a gobernar, cerca de 1.500 en operaciones policiales y el resto a manos de grupos de «vigilantes», según las últimas cifras publicadas por la Policía.
Fuente: ABC
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