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Millones de familias necesitan ‘colf o badantes’

Datos del CENSIS sobre los trabajadores del  hogar

Roma, 15 de julio de 2010 – Son 2,4 millones las familias italianas que tienen necesidad de colaboradores del hogar (una de cada diez). En el 2009 llegaron a 1,5 millones, el 43 por ciento más que en el 2001 cuando eran poco más de un millón.

En la observación cotidiana se entiende entretanto que son más del 10 por ciento de las familias que reciben ayuda de trabajadores domésticos de origen extranjero. Especialmente porque los datos hablan de los trabajadores regulares. Ademas se supone que para muchas colaboraciones pequeñas no existan contratos y se trabaje en negro. Los mismos datos del Censis hablan de un 61,8 por ciento que trabaja en negro.  Muchos trabajadores del hogar además trabajan en varias familias.

El Censis (Centro Studi Investimenti Sociali) presentó los datos el 13 de julio en Roma, los cuales evidencian además el lado oscuro del trabajo doméstico.

Los accidentes
Existen muchos riesgos para los trabajadores del hogar. En el 2008 se registraron 3.576 accidentes, de los cuales dos mortales. Entre las cifras del Censis que preocupan figura que el 44,3 por ciento de los trabajadores entrevistados declara que tuvo al menos un accidente de trabajo en el último año. Entre los extranjeros el número de los mismos es mayor: el 46,3 por ciento respecto al 39,6 por ciento de los italianos.

Los accidentes más frecuentes son quemaduras (18,7%), resbalones (16,1%), caída de escaleras (12,2%), heridas por uso de cuchillos (8,6%), estiramientos y golpes (7,6%), intoxicaciones con productos de limpieza (4,2%) y descargas eléctricas (3,6%).

Accidentes que causan  en el 84,5 por ciento de los casos consecuencias físicas para el trabajador, principalmente contusiones o luxaciones (29,5%), heridas (20,8%), ustiones (18,8%) y fracturas (9%).

En muchos casos son leves y no comportan inhabilidad para el trabajador (48,6%). Para el 31,5% determina en cambio una inhabilidad temporaria parcial; total en el 18,2 por ciento de los casos, inhabilità permanente para el 1,7%.

Una cantidad no indiferente de accidentes (el 28,5%), además de producir daños a la salud en el 18,8% de los casos vuelve necesario que el trabajador se ausente más de tres días y en el 11,9% de las situaciones una ausencia superior a una semana.

Riesgos subestimados
Las principales causas de los accidentes son la desatención (55,7%), la impericia  o comportamiento peligroso (18,2%), también la poca o mala manutención de objetos y sistemas (10,9%), además de eventos imprevistos como la rotura de estructuras (9,5%), o la falta de atención e impericia de otras personas (7,6%).

Baja es la conciencia sobre los riesgos. Los trabajadores del hogar muchas veces siguen trabajando aún cuando hay cansancio o malestar físico (67,9%), realizan pequeñas reparaciones eléctricas sin desconectar la corriente (44,4%), usan nuevos electrodomésticos sin leer las instrucciones (38,3%), no verifican la fecha de vencimiento de los alimentos que cocinan para la familia (33,7%). Solamente el 25 por ciento usa zapatos antideslizantes cuando sería necesario, el 24,7% usa aparatos eléctricos con las manos mojadas, el 12,8% no usa guantes al usar productos nocivos, al 10% les
sucede de apagar aparatos eléctricos tirando el cable del enchufe, al 7,6% se olvida la plancha encendida.

Poca prevención
El 12,4% de los colaboradores del hogar declara que no se preocupa demasiado por la propia seguridad, y quien se preocupa lo hace a modo suyo: para cuidarse del peligro el 46,1% se confía exclusivamente a su experiencia, el 18,6% piensa que es suficiente estar concentrado durante el trabajo y solamente el 22,9% declara de informarse sobre el tema.

La tendencia a subestimar el riesgo de accidente emerge también en la relación entre trabajador y familias empleadoras.
En la mayor parte de las situaciones las familias saben lo que sucedió porque estaban en casa en el momento del accidente (38,7%), o porque las consecuencias físicas fueron importantes (15,7%) o porque el colaborador considera importante informarlas (16%). Entretanto muchas veces las familias empleadoras no saben del accidente (27,5%): en el 18% de los casos los empleados no comunican porque el accidente es de leve entidad o sin consecuencias, pero también por temor a ser reprendidos (5%) o despedidos (4,5%).
La seguridad parece ser un problema que es solamente advertido parcialmente por las familias empleadoras: un trabajador de cada tres denuncia que no recibe ningún soporte en tal sentido por parte del empleador (32,6%).

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