Roma, 25 de octubre de 2010 – Concluyó ayer en Roma con broche de oro la procesión del Señor de los Milagros, con un saludo de Benedicto XVI a los latinoamericanos e integrantes de la hermandad.
Foto. Cuadrilla de Hermanos cargando el Cristo Morado. Atrás en la ventana está Benedicto XVI
«Saludo con afecto a los peregrinos de lengua española presentes en esta oración mariana, en particular a los fieles peruanos y de otros países latinoamericanos de la Hermandad del Señor de los Milagros, de Roma», dijo el Papa desde la ventana de su oficina que da hacia Piazza San Pietro en el Vaticano.
La jornada del domingo 24 de octubre inició con la santa misa en San Giovanni ai Fiorentini, desde allí la procesión partió hacia el Vaticano.
Debido a la misa de conclusión del sínodo de obispos de Medio Oriente, después de la procesión no hubo celebración litúrgica adentro de la basílica de San Pedro como en los años anteriores y la misma fue por lo tanto realizada antes de la procesión.
Foto. La procesión en Via della Conciliazione
Debido a ello hubo menos tiempo para realizar el recorrido lo que obligó a las cuadrillas a acelerar el paso llegando afuera de la plaza al inicio del Ángelus y al lugar establecido cuando el Papa saludaba a la Hermandad y a los latinoamericanos presentes.
Estuvieron en la procesión, delegaciones de Milán, Perugia, Nápoles y Florencia entre otras. La procesión se realizó con mucha devoción por parte de los presentes que además se mostraron muy precisos y disciplinados.
La procesión que partió desde el Vaticano después del medio día, llegó al anocecer a Santa María de la Luce, en donde el Señor de Pacacamilla permanece durante el resto del año.
La banda de Los Alpinos de la ciudad de Rieti acompañó la procesión tocando diversas músicas entre las cuales el himno del Cristo Morado.