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SEGUNDAS GENERACIONES. Arbër Agalliu “Para este país son INVISIBLES”

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“Vivo en Italia desde hace quince años, hablo mejor el italiano que el albanés, he vivido más tiempo en Monstevarchi que en Tirana y no obstante me etiquetan aún como inmigrado”. Arbër Agalliu cuenta la vida de los hijos de la inmigración.

 

 

 

 

Roma, 8 Noviembre 2012- Aber Agalliu tiene 24 años y llegó a Italia hace quince años desde Albanía junto a su familia. Estudia Ciencias Políticas en Florencia, trabaja en el social y es co-fundador de la Red de albaneses en Toscana. “Soy prácticamente un chico de segunda generación” dice, y aquí, nos cuenta que quiere decir.

Cuando llegué a Italia de pequeño no conocía el significado de la palabra “inmigrante” pero sabía que ya hacía parte de mi “Nombre y Apellido”. Con el pasar de los años, creciendo, afrontaba el argumento y explicaba a todos mi historia y la de mi familia, tal véz para quitarme de encima esa palabra “de desprecio”.

He continuado mi jóven vida, rebotando de una jefatura a otra por varios renuevos de los documentos y la cosa que me preocupa ba más era la jordnada de clases en la escuela, lejos de mis compañeros, sobretodo porque de todas esas práctica no entendía nada.

Lamentablemente vivo en Italia desde hace quince años, hablo mejor la lengua italiana respecto al albanés, conosco mejor la historia italiana respecto a la historia albanés, he vivido por más tiempo en Montevarchi que en Tirana y no obstante me etiquetan aún como inmigrante.

La cosa que me sorprende más es el hecho de haber crecido con mis coetaneos italianos pero a nivel jurídico ser considerado como un extranejro como mi padre o mi madre, el Estado no reconoce mi proceso de integración que es completamente diferente del de ellos. Incluso para el Gobierno italiano no hay ninguna diferencia entre un muchacho hijo de inmigrantes, nacido en Italia y su coetaneo apenas llegado en este País, ambos son considerados menores extranjeros sin tener en cuenta los dos caminos de vida y de integración completamente diferentes.

Cuando me inscribí en el colegio, hablaba perfectamente el italiano, por eso los profesores decidieron de hacerme ayudar a una chica albanés que había llegado a Italia hace pocos meses y no hablaba bien italiano. Losprofesores vieron en mi, un mediador linguistico cultural ideal para poder comunicar con los nuevos estudiantes, pero para el Estado yo resultaba ser tal y como ella, no obstante mi camino de integración, el que ya habia terminado mientras el suyo estaba recién en las primeras fases, en pocas palabras, mis años de vida transcurridos en la “isla con forma de bota” no venían tomados en cuenta minimamente.

Todo este tiempo que he transcurrido en Italia me he alejado de la cultura y del país del que vengo, tanto de no reflejarme más en la sociedad actual, me siento y me hacen notar que soy muy italiano en Albanía, pero contemporaneamente extranejro en Italia, en pocas palabra me parece ser una persona INVISIBLE, abandonado del país que me vió nacer y no considerado del País que me vió crecer!!!!

En varios países de Europa el camino hacia la ciudadanía para los hijos de los inmigrantes resulta ser mucho más simple. Por ejemplo en Francia el “ius soli” no existe, en Italia si y parece una ilusión existe desde el 1515, mientras en Alemania la ciudadanía viene concedida a los hijos de los inmigrantes que hayan nacido en suelo alemán si almenos uno de los dos padres tiene los documentos desde hace almenos 8 años. Un camino aún más simple es el irlandés, donde un niño puede volverse ciudadáno simplemente si uno de los padres tiene el permiso de residencia permanente o demuestra de haber vivido en Irlanda almenos desde hace tres años antes respecto al nacimiento del bebé.

En cambio, en Italia, parece que las cosas no vayan nunca adelante, cada verano escuchamos hablar de emergencia inmigrantes no obstante la inmigración de masa existe lamentablemente desde los años Ochenta, escuchamos hablar de muchos inmigrantes que han invadido el territorio nacional, mientras que en otros países europeos las cifras que conciernen a los inmigrantes son superiores, incluso en algunos casos se duplican, por ejemplo en Alemania, donde solamente la comunidad turca cuenta con cerca 3 millones de personas.

En Italia todavía nos maravillamos de ver a Mario Balotelli en la Nacional, no obstante él tenga nombre y apellido tipicamente italiano, mientras que en Alemania o en Francia la formación de jugadores es compuesta por hijos de inmigrantes y esto lo podemos notar en sus apellidos impresos een las camisetas de juego, uno entre ellos es Mesut Ozli, hijo de inmigrantes turcos y jugador campeón de la nacional alemana, que cada vez antes de entrar en el campo de fútbol repite el Corán porque es musulmano. Imaginan que cosa diría el On. Borghezio si un jugador de la Nacional italiana sería musulman practicante???

En Italia hay chicos de segunda generación de treinta años que son llamados todavía inmigrantes, hay chicos que son tratados como delincuentes, obligados a dejar sus huellas digitales para renovar sus documentos hasta el cumplimiento de los dieciocho años de edad, estos jóvenes no se reflejan en la figura del delincuente potencial, pero todo esto sucede solo porque sus padres tienen la culpa de ser inmigrantes, y más aún estos muchachos arriesgan de volverse clandestinos en el único país que les ha visto crecer y que les ha dado un lengua y en muchos casos un nombre común a aquellos usados por todos sus coetaneos.

Ivito a todos ustedes, queridos y amables políticos a cambiar la ley n.91 del 1992 que se puede definir obsoleta en materia de inmigración, basta jugar con nuestros destinos, QUIEN NACE Y VIVE EN ITALIA ES ITALIANO!

Arbër Agalliu
Versión en español: Cristina Zambrano León

 

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