Si has solicitado tu derecho de ser de italiano, “Cuéntanos” cuanto se ha hecho esperar la respuesta del Estado. Hacemos luz sobre un aspecto poco conocido de esta lucha
Roma, el 15 Junio 2012 – Cincuenta y cuatro mil en el 2008, cincuenta y nueve mil en el 2009, sesenta y seis mil en el 2010, aumentan con una progresión cerrada a los nuevos italianos, hombres, mujeres y niños natos extranjeros que adquieren la ciudadanía tricolor. Datos importantes, que son la fotografía de un objetivo, pero no cuentan el pesado recorrido que lo precede.
No nos hagamos la pregunta, por una vez, si pretender es justo de parte de un inmigrado con diez años de residencia regular àntes de concederle la ciudadanía o bien prever un descuento a dos años para quièn se casa con un italiano. Y dejamos a un lado, sólo esta vez, la profunda injusticia reservada a las segundas generaciones, chicos y chicas nacidos y crecidos aquí, considerados extranjeros al menos hasta que no cumplen dieciocho años.
Hagamos como que olvidamos la urgencia de una reforma y concentramonos en el suplemento de una pena que hoy los aspirantes italianos tienen que padecer una vez que han enviado los requisitos previstos por la ley, desde el momento que presentan la solicitud (pagando, conviene recordarlo, doscientos euros). Datos oficiales sobre los tiempos de espera no hemos encontrado, querríamos, pero escuchar las testiminianzas de los directos interesado.
Si te has convertido en italiano, o si sólo has preguntado para convertirte, si tienes amigos o parientes en esta situación, cuentanos como les ha ido. Explícanos después de cuantos años de «extranjeros» y por cuál motivo han solicitado de convertirse en italianos, pero sobre todo cuánto los han hecho esperar para una respuesta y las eventuales complicaciones durante aquel período. Es suficiente insertar aquí bajo un comentario de pocas rayas, pero si tienes ganas también los detalles.
¿A què sirve? Mientras tanto, a hacer conocer a todos un aspecto importante y a menudo ignorado de la extenuante lucha hacia la ciudadanía, luego a entender si el Estado, también frente a los doscientos euros que piden por la molestia, hace al menos un buen trabajo. Porque a lo mejor para una verdadera reforma tenemos que esperar un poco de tiempo , pero alguna ley para tutelarse de la ineficiencia de la burocracia ya existe.
Y más voces juntas, más será fácil hacerse escuchar!!!!
