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El Alcohol: Me Mataba Lentamente

El Alcohol: Me Mataba Lentamente

Mi nombre no interesa; podría ser tu vecino, tu hermano, tu hijo, tu marido, tu padre… Lo que importa realmente es que fui un alcohólico y me gustaría contarte brevemente mi historia.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Recuerdo que en mi infancia, mi relación con mis hermanos y padres era muy unida, ya que convivíamos y nos divertíamos en familia. Cuando tenía 10 años aproximadamente le detectaron una enfermedad crónica a mi padre, ésto causo muchas preocupaciones a mis hermanos y a mi madre, de hecho, toda la atención fue para mi padre y yo me sentí excluido por mi familia.

Sentía una gran soledad y rechazo, ya que no entendía la enfermedad que tenía mi padre, así que opte por salir a divertirme, y fue asi como encontré otro tipo de vida: el alcohol y las fiestas.

Comencé a los 11 años a tomar cerveza, ron, a los 14 o 15 años, me convertí en alcohólico, mis padres no se daban cuenta ya que ellos tenían responsabilidades en su trabajo y cuando finalmente entendieron lo que estaba pasando quisieron remediarlo con castigos, pero ni ellos, ni yo sabíamos que era ya una enfermedad.

El alcohol ya no me satisfacía mucho, lo tomaba en fiestas, y no era un bebedor social pues el bebedor social bebe y puede parar cuando lo desee, yo al contrario bebía y bebía pero no era suficiente, mi cuerpo necesitaba más y más.
Un día mientras yo estaba en una banca de un parque durmiendo, aún borracho, mi hermana me despertó con una noticia horrible: mi padre había muerto. Me levante como pude, fuí con mi familia y fue en ese momento que comencé a reaccionar.

Desafortunadamente nunca quise ver la realidad, siempre dije que podía solo. Mi padre ya no estaba aquí, pero yo quería demostrarle a mi madre y a mis hermanas que deseaba cambiar.
Ahora, estoy tan arrepentido de no haber estado junto a mi padre los últimos días de su vida, de no haberlo apoyado en sus momentos de sufrimiento, pero la vida continúa y mi consuelo es haber recuperado a mi familia, aprendí a valorarla, a convivir con ellos, me di cuenta que la vida es hermosa, antes no me daba cuenta me estaba autodestruyendo en mi nueva vida estoy tranquilo y en paz.

Le doy gracias al centro de rehabilitación que me ayudó, a mi madre, mis hermanos y amigos, por estar conmigo y apoyarme. Quisiera recordarles que el alcohol destruye, te hace perder cosas valiosas como el amor de la familia, la fe en Dios, y principalmente te pierdes tú mismo.

«Si tienes alguna pregunta u opinión acerca de esta organización “Distrito para la Familia y Jóvenes”- Relazione Impresa Sociale».
 

Escríbenos a:
distretto.famiglia@relazioneimpresasociale.it
Llámanos +39 346 2193760

Jenny Solares
 

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