Habla la madre de Angélica, una jóven de 20 años que nació y creció en Roma. «Pero para la ley es peruana, ¿qué pasará cuando no estaré más? No se puede perder un derecho por culpa de una enfermedad».
«Un niño con el síndrome de Down que ha nacido y crecido en Italia puede convertirse en Italiano?». Es un caso del que Stranieriinitalia.it / Expresolatino.net ha tocado hace algunas semanas, el cual ha abierto una gran polémica. La historia de Cristian, que terminó en los periódicos y en la televisión gracias a un servicio de las hienas (Iene programa italiano), es una de las muchas historias de niños y niñas y de sus familias. Extranjeros en el papel, al menos hasta que la ley no reconocerá incluso a las personas con discapacidad todo el derecho a ser italianos.
Angélica, de veinte años, de origenes peruanas tienen el síndrome de Down como otros jóvenes; Ha nacido y crecido en Roma, en una familia compuesta sólo por mujeres. Asistió a la escuela hasta la fin del tercer año de colegio, cuando pudo entrar en la ópera Sante De Sanctis, una asociación para el tratamiento y la rehabilitación de discapacidades físicas y mentales.
Con su madre y su hermana ha viajado solamente entre los barrios de la capital, de mudanza en mudanza: Trullo, San Lorenzo, Casilina, hasta llegar, por no poder pagar más el alquiler, a una casa ocupada. «Estoy aquí desde hace 24 años, tengo un permiso de residencia» dice la madre María Del Carmen. «Siempre he hecho la Asistente a domicilio, pero la cooperativa con la que trabajaba quebró hace dos años. He perdido mi trabajo y tengo cinco meses de salarios atrasados, además perdí la casa «.
Cuando su hija cumplió 18 años, Maria Del Carmen penso en solicitar para ella la ciudadanía italiana: «Me parecía normal – dice- nació y creció aquí.» Ayudada por Anolf Cisl, fue al Municipio de Roma, «pero me dijeron que vaya a la Prefectura y que sin embargo no podría hacer el juramento». También en la Prefectura le dijierón que no había nada que hacer: «No se encontraba en una posición que le permitiera jurar, de entender lo que estaba diciendo, de expresar el deseo de ser italiana».
¿Es realmente así? La madre es directa: «Angélica responde si le preguntan si tiene hambre, si está bien, si está mal, pero sinceramente no creo que sea capaz de entender lo que significa ser italiana. Sin embargo sigo pensando que Italia debe darle su ciudadanía. Ella y muchos otros chicos down no pueden perder este derecho sin culpa alguna, simplemente porque son enfermos «.
Angélica tiene hoy un permiso por razones familiares, «pero ¿qué va a pasar mañana si cambiará la ley de inmigración? Mi hija, que es considerada extranjera, perdería el derecho a vivir en Italia? «. En casos como este, se convierten en trágicas las preocupaciones de todos los padres de las personas con discapacidad: «¿Qué será de Angélica cuando no estaré más? Debe irse sola a Perú? «.
Hay quien, durante estos años, aconsejó a Maria Del Carmen de regresar a su país con su hija, dado que aquí al parecer no podría salir adelante. «Lo he pensado muchas veces, en Perú tengo mi familia. Pero para poderle hacer los tratamientos a mi hija debería ser millonaria, todos los tratamientos se pagan. Aquí le operaron al corazón, a los ojos, es seguida por un endocrinólogo, allí permanecería sin controles médicos, su situación sería más grave «.
Maria Del Carmen no busca caridad. «Cuando yo ganaba, siempre he pagado todos los impuestos. Hay buenos momentos, pero por desgracia hay también momentos malos. Espero terminen pronto». Pero ahora mira con esperanza a una ley que abre el camino a la ciudadanía para su hija, la misma que da cumplimiento a la Convención de la ONU sobre los derechos de las personas con discapacidad.
La entrevista se interrumpe cuando Angélica llama a su madre con insistencia:“Mamma, vieni? Mamma Vieni?… «, dice en Italiano. El español entiende pero no lo habla. Mi hija es italiana «.
Notizia Italiano: Cittadinanza e sindrome di Down. «Perché mia figlia non può essere italiana?»
Cristina Zambrano León