Ante el nuevo y fatal naufragio del domingo 19 de abril que ve como víctimas 700 personas, papa Francisco hizo «un apremiante llamamiento a la comunidad internacional para que actúe con decisión y prontitud, con el objetivo de evitar que este tipo de tragedias vuelvan a ocurrir».
A pocas horas de conocimiento de la tragedia, tras el rezo del Angelus, el Pontífice se dirigió a miles de fieles congregados en la Plaza de San Pedro del Vaticano y recordó que los inmigrantes que mueren intentando llegar a Europa «son hombres y mujeres como nosotros, hermanos que buscan una vida mejor, hambrientos, perseguidos, heridos, explotados, víctimas de guerras, que buscan una vida mejor». «Buscaban la felicidad».
Aunque es necesario que se “actúe con decisión y prontitud”, como reclama el papa, la respuesta de la Unión Europea (UE), es lenta y moderada. La Comisión Europea ha solamente emitido un comunicado en el que expresó su «tristeza» por lo sucedido y prometió una de los ministros europeos de Interior y de Asuntos Exteriores de la UE para abordar el drama migratorio, señala la agencia de noticias EFE.
La débil respuesta de las máximas autoridades europeas y la falta de un compromiso concreto de los países miembros chocaron con los duros reclamos del gobierno italiano y la dirigencia política en Roma. El primer ministro italiano, Matteo Renzi, ha convocado para toda esta semana reuniones de emergencia en Roma, prometiendo tomar decisiones concretas y reclamó a Bruselas que «actúe con decisión y prontitud».
La inmigración es sin duda el tema más importante de esta semana que debe afrontar Italia junto con la Europa, o Italia sola; una cosa es cierta, no se puede dejar a la suerte la vida de las personas.
A.Pinate