Igualdad entre hijos de inmigrantes e hijos de italianos A partir de hoy los hijos de los inmigrantes y los hijos de los italianos son un poco «más iguales», por lo menos en los campos de baloncesto y fútbol, pistas de atletismo y en los gimnasios donde disfrutando del deporte, entrenando crecen juntos, tal vez soñando es ser los futuros campeones.
Acaba de entrar en vigor la «Disposiciones con el fin de promover la integración social de los menores extranjeros residentes en Italia a través de la admisión en las organizaciones deportivas que pertenecen a las federaciones nacionales a las disciplinas o a las organizaciones de promoción de los deportes» (Ley 12/2016), aprobada a mediados de enero por el Parlamento.
Llega asi finalmente la llamada «nacionalidad deportiva» o mejor dicho Italia dice adiós a una injusta discriminación.
Hasta ahora, a excepción de pocas categorias deportivas (como el boxeo o el hockey sobre hierba) la federaciones deportivas impedían la adhesión de estudiantes extranjeros, exigiendo como requisito principale la ciudadanía italiana. Dicha ley cortaba las alas de muchos jóvenes aspirantes y negaba la posibilidad de que el deporte se convirtiera en un instrumento de integración: podían seguir adelante con la actividad profesional solamente los italianos.
La nueva ley obliga a las organizaciones deportivas a no hacer ninguna diferencia. «Los menores de dieciocho años que no sean ciudadanos italianos y que vivan y residan regularmente en territorio italiano al menos desde la edad de diez años – declara el texto de ley – pueden inscribirse en los clubes deportivos pertenecientes a las federaciones nacionales o disciplinas asociadas o en asociaciones que hagan promoción de deportes y a las instituciones con el mismo procedimiento para la adhesión de los ciudadanos italianos». La regla sigue siendo válida incluso para los jóvenes mayores de edad que han solicitado ser reconocidos como italianos.
«La inscripción – explica la ley – sigue siendo válida, después de que se ha cumplido 18 años de edad, hasta que haya terminado los procedimientos para la adquisición de la ciudadanía italiana, para las personas que, respeten la ley 05 de febrero de 1992, n. 91, y hayan presentado dicha solicitud».
Es un paso adelante para la segunda generación sin embargo el viaje para obtener los derechos es todavía largo.
Esta ley, por ejemplo, no permitirá que algunos hijos de inmigrantes puedan representar a Italia en los Juegos Olímpicos, el país donde crecieron y en el caso de muchos donde han nacido. Para eso los jóvenes necesitarán la nacionalidad «real» y aquella reforma que desde hace mucho tiempo tiene a más de 1 millón de niños y sus familias en espera de aprobación.
Texto original en italiano de Elvio Pasca, publicado en la página web de nuestra casa editorial StranieriinItalia
La cittadinanza sportiva è legge. I figli degli immigrati come i figli degli italiani