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La tentación del aborto para las mujeres inmigrantes

El problema y los números gratuitos sobre ayuda a mamás embarazadas

Las estadísticas indican un alto número de abortos por partes de las mujeres inmigrantes en Italia, muchas veces obligadas pues habiéndose quedado en cinta y trabajando ‘cama a dentro’ son amenazadas de pereder su trabajo y estando solas a veces no logran saber a quien pedir ayuda. Y al final del artículo un par de números gratuitos de gran utilidad.

Les proponemos un artículo del padre Fredy Pruna Molina, sacerdote ecuatoriano a cargo de la pastoral con inmigrantes en la iglesia de Santa María in Via, (largo chiggi – Roma).

El aborto un «drama» para la mujer y una «herida grave» para la conciencia moral.
La sociedad  actual, afronta temas muy relevantes, que interrogan profundamente la existencia del ser humano y lo desafían a encontrar respuestas cada vez más adecuadas al bien y la dignidad de la persona.

La temática del síndrome post-aborto, es decir, el grave malestar psíquico que con frecuencia experimentan las mujeres que han recurrido al aborto voluntario, revela la voz irreprimible de la conciencia moral, y la herida gravísima que sufre la acción humana traicionando la innata vocación al bien que tiene todo ser humano.

Se debe prestar atención a la conciencia ofuscada, de los padres de los niños, que a menudo dejan solas a las mujeres embarazadas. El ser humano en su integridad: inteligencia, emotividad y voluntad, realiza su vocación al bien, de modo que la elección del bien o del mal en las situaciones concretas de la existencia acaba por marcar profundamente a la persona en toda la expresión de su ser.

Todo el hombre, en efecto, queda herido cuando su actuación va contra el dictamen de su conciencia, incluso cuando el hombre rechaza la verdad y el bien que el Creador le propone, Dios no lo abandona, sino que precisamente mediante la voz de la conciencia, sigue buscándolo y sigue hablándole, a fin de que reconozca el error y se abra a la Misericordia divina, capaz de sanar cualquier herida.

Las personas que se encargan de cuidar y velar por  la salud, no pueden descuidar la grave tarea de defender del engaño la conciencia de numerosas mujeres que piensan que en el aborto encontrarán la solución a dificultades familiares, económicas, sociales, o a problemas de salud de su niño, especialmente en esta última situación, que con frecuencia se convence a la mujer, de que el aborto no sólo representa una opción moralmente lícita, sino que es incluso un acto terapéutico para evitar sufrimientos al niño y a su familia, y un peso injusto para la sociedad.

En el marco cultural actual, caracterizado por el eclipse del sentido de la vida, en el que se ha atenuado mucho la percepción común de la gravedad moral del aborto y de otras formas de atentados contra la vida humana, se exige a los médicos una fortaleza especial para seguir afirmando que el aborto no resuelve nada, sino que mata al niño, destruye a la mujer y ciega la conciencia del padre del niño, arruinando a menudo la vida familiar.

Esta tarea, no concierne sólo a la profesión médica y a los agentes sanitarios, es necesario que toda la sociedad se alinee en defensa del derecho a la vida del concebido y del verdadero bien de la mujer, que nunca y en ninguna circunstancia, podrá realizarse en la opción del aborto.

Igualmente, será necesario proporcionar las ayudas necesarias a las mujeres que lamentablemente ya han recurrido al aborto y ahora están viviendo todo un drama moral y existencial.

La solidaridad de la familia, amigos y porque no decir la sociedad, deben ayudar a que ésta herida sea sanada y no entrar en el plano de juzgar a aquellas personas que recurrieron a esta práctica sin conocer los motivos, aunque ellos en ningún momento justifiquen tal decisión.

Estas personas no solo necesitan del consuelo sino de un acompañamiento sincero, respetuoso cercano y profesional para superar aquel momento de oscuridad en su vida, permitiendo su reintegración en la sociedad con sus valores y con toda su dignidad para que puedan superar ese dolor y así compartir con aquellas personas que quieren tomar una decisión de esa magnitud y les hagan comprender que son heridas muy profundas que involucran su vida personal y familiar.

Juan Pablo II se dirigió a las mujeres que han recurrido al aborto: Es verdad que lo sucedido fue y sigue siendo profundamente injusto. Sin embargo, no os dejéis vencer por el desánimo y no perdáis la esperanza. Antes bien, comprended lo ocurrido e interpretadlo en su verdad.

Si aún no lo habéis hecho, abríos con humildad y confianza al arrepentimiento: el Padre de toda misericordia os espera para ofrecerles su perdón y su paz en el sacramento de la Reconciliación. Podéis confiar con esperanza a vuestro hijo a este mismo Padre y a su misericordia. Con la ayuda del consejo y la cercanía de personas amigas y competentes, podréis estar con vuestro doloroso testimonio entre los defensores más elocuentes del derecho de todos a la vida» (Evangelium vitae, 99).

Fredy Pruna Molina, email: fredy2173@hotmail.com

Ver video procesión Virgen del Quinche en Roma


Añadimos algunas direcciones útiles.

Numero gratuito –  8008 – 13000 http://www.cavambrosiano.it/

SOS vita –  Numero gratuito – 800 – 813000 – http://www.mpv.org/

 

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