Regirá para los nuevos extranjeros que llegan por más de un año
Desde el 10 de marzo quien por primera vez entra en Italia deberá empeñarse a “comportarse bien” y obtener algunos objetivos, como un conocimiento elemental del idioma italiano y de las instituciones de este país.
La integración se medirá con una nota, que variará según el comportamiento del recién llegado. Si es demasiado bajo será expulsado.
Si no hay postergaciones de último momento la revolucionaria fórmula entra en vigor el 10 de marzo. A partir de dicha fecha quien llega a Italia y tiene 16 años cumplidos o más, al pedir el permiso de estadía de la duración de al menos un año deberá firmar el en ‘Sportello Unico per l’Immigrazione” o en la “Questura” un acuerdo de integración con el Estado.
En el acuerdo se empeña a conseguir en el plazo de dos años un conocimiento un poco superior al elemental (nivel A2) de italiano y un conocimiento suficiente de los principios fundamentales de la Constitución, de las instituciones públicas y de la vida civil italiana, en particular modo sobre servicios médicos, escuela, servicios sociales, trabajo y obligaciones fiscales. Quien firma se empeña si tiene hijos, a enviarlos al colegio obligatorio y debe declarar que adhiere a la “Carta de los Valores, Ciudadanía e Integración” del Ministerio del Interior.
El inmigrante recién llegado en el plazo de tres meses, además deberá seguir un pequeño curso gratuito de “formación cívica e información sobre la vida civil” que dura entre cinco y diez horas, que se realiza en el propio idioma o en: inglés, francés, español, árabe, chino, albanés, ruso y filipino. En esta ocasión se darán también informaciones sobre iniciativas de apoyo al proceso de integración, como los cursos de italiano gratuitos que se realizan en la propia provincia.
La integración se medirá con puntos o créditos, 16 de los cuales se entregan automáticamente cuando se firma el acuerdo. Los puntos están asociados a los conocimientos idiomáticos, a los cursos frecuentados y a los títulos de origen extranjero, así como a determinados comportamientos, como haber elegido un médico de base, la registración del contrato de alquiler y las actividades empresarias o de voluntarios.
Los puntos se pierden en caso de condenas penales aunque no sean definitivas, medidas aplicadas por violar la seguridad personal o delitos administrativos o fiscales. Dos años después de la firma el “Sportello Único” examinará la documentación presentada por el ciudadano extranjero como certificados (attestati) de frecuencia a cursos, títulos de estudios, etc.
Si estos no están se deberá rendir un examen. En ambos casos el test se concluirá con la entrega de un puntaje: con más de 30 puntos el acuerdo se considera respetado, de 1 a 29 no se aprueba. Hay una segunda chance, un plazo de otro año en el que interesado deberá alcanzar los 30 puntos.
En cambio si los puntos son de 0 a 29, se pierde automáticamente el derecho de quedarse en Italia y partirá una expulsión.
El Ministerio del Interior tendrá un registro de quienes firman el acuerdo de integración, en el que figurarán todas las notas, cuyas variaciones serán cada vez comunicadas a los interesados. Claramente cada uno podrá ir al registro (anágrafe) para controlar su posición.