En una decisión histórica y unánime, los países miembros de la Unión Europea han acordado la entrada gradual de Rumanía y Bulgaria al espacio Schengen. Tras un prolongado debate, Austria, el último país reticente, ha levantado su veto, allanando el camino para esta integración.
A partir de marzo, se comenzarán a eliminar los controles en las fronteras aéreas y marítimas con Rumanía y Bulgaria, países que se unieron a la UE en 2007. La presidencia española del Consejo de la UE ha informado que esta medida implica un compromiso adicional, en el que Austria, Bulgaria y Rumanía trabajarán posteriormente para acordar la fecha de finalización de los controles en las fronteras terrestres.
Esta decisión marca un hito significativo en la ampliación y fortalecimiento del espacio Schengen, un área donde se garantiza la libre circulación de personas y bienes. Se espera que esta integración proporcione beneficios económicos y sociales tanto para Rumanía y Bulgaria como para el conjunto de la Unión Europea.
El acuerdo representa un paso hacia una mayor unidad y cooperación entre los Estados miembros, subrayando la voluntad de superar diferencias y avanzar hacia una Europa más unida y cohesionada.
La eliminación gradual de los controles fronterizos no solo facilitará la movilidad de ciudadanos y mercancías, sino que también simboliza un compromiso con los principios fundamentales de solidaridad y colaboración en la Unión Europea.