Giovannini (Milanopediatría): “A menudo los cuadros tipológicos ligados a la pobreza de la primera fase de la inmigración. Desde el alactamiento hasta los errores alimentares.
Roma, 19 Noviembre 2012 – Un millón de niños extranejros en Italia, en desarrollo, 10% cada año. “En una sociedad ya multietnica como la actual, donde cada día nos encontramos a compararnos con otras culturas a veces muy diferentes de la nuestra, es muy importante aprender a conocer y ser concientes de las diferentes tradiciones”. Y “es fundamental también aumentar el conocimiento sobre las patologías emergentes. Es el camino que hay que recorrer, para poder dar curas adecuadas”.
La advertencia a los colegas llega de Marcello Giovannini, histórico nombre de la pediatría milanés, presidente del congreso bienal “Milanopediatría” que incio ayer en la capital lombarda.
Como demuestran también los últimos datos del Istat, los niños extranjeros representan hoy una gran realidad también para nuestro País. Su número, confirman los pediatras, va aumentando progresivamente en los años. Al interno de este grupo heterogéneo conviven niños extranjeros nacidos en el País de orígen y después inmigrados con los progenitores, pequeños nacidos en Italia de padres con y sin documentos, o niños extranjeros adoptados. Casos diferentes, con necesidades diferentes de entender y satisfacer.
“Ocurre entre los niños extranjeros un incremento de muy específicos cuadros patológicos – explica Giovannini- asociados a un estado de pobreza que a menudo se acompañan a las fases iniciales del fenómeno migratorio. Por problemas económicos, hay madres que alactan al seno en manera exclusiva hasta más del primer año de vida del niño, pero con solo la leche materna y por un largo periódo no satisface las exigencias nutricionales de un lactante. Siempre por las mísmas razones, otras en cambio en modo prematuro y largo en el tiempo dan la leche esterilizada a larga conservación, sin integradores con fruta, verdura y carne”.
Pero los “errores alimentarios del niño inmigrante, derivantes en parte de tradiciones propias, pero sobre todo de grandes dificultades económicas y sociales. Advierten los pediatras – pueden favorecer situaciones carenciales como el retardo del desarrollo, el raquitismo, la anemia, síndormes de mal absorvimiento y manifestaciones alérgicas”.
Sirven respuestas específicas para esto, “en nuestra Clínica pediátrica en el hosìtal San Paolo de Milán – subraya Giovannini – están actualmente activos dos proyectos dirigidos a los niños extranjeros en estrecha colaboración con el Grupo Nacional de trabajo para el niño inmigrante, coordinado por la Sociedad italiana de pediatría.
“Desde el 2000 está también activo el Centro de salud y orientación para la mujer inmigrante y su niño”, recuerda el pediatra. “Se propone de crear una red de especialistas (ginecólogos, psicólogos, peditras y mediadores culturales) que asistan y ayuden a la mujer y al niño en el primer año de vida, guiandolos con el objetivo de volver independientes las madres, utilizando correctamente las estructuras sanitarias del hospital y del territorio. Las consultas pediátricas desarrolladas en este ambulatorio son actualmente alrededor de 500 por año”.
C.Z.León