Papa Francisco recientemente ha resaltado la creciente crisis migratoria que está ocurriendo en el Mediterráneo, describiendo la región no como un cruce de paz y encuentro, sino como un «gran cementerio» donde las tragedias humanas se suceden incesantemente. Durante un encuentro con los embajadores acreditados ante el Vaticano, el Pontífice abordó las raíces de esta crisis, enfatizando las devastadoras consecuencias de las guerras, la pobreza y la explotación del medio ambiente en la vida de miles de personas.
Su discurso tocó fibras sensibles, destacando el peligro mortal que muchas personas enfrentan en su viaje en busca de un futuro mejor. El Papa Francisco resaltó las rutas peligrosas a través del desierto del Sahara, los bosques del Darién entre Colombia y Panamá, además de las fronteras entre México y Estados Unidos, haciendo hincapié en particular en el trágico escenario en el Mediterráneo, antes conocido como un «laboratorio de paz», que ahora se ha convertido en un lugar de desesperación y tragedia humana.
