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Meloni sube al escenario del congreso de la CGIL: ¿Miedo de los silbidos? «Me han criticado desde que tenía 16 años»

La premier italiana Giorgia Meloni participó hoy en Rímini al congreso nacional de la Confederación General Italiana de Trabajadores (CGIL), con un discurso en el que defendió el debate como parte de la democracia y sostuvo que no le preocupan los silbidos que recibió de algunos asistentes.

«Me han silbado desde que tenía 16 años», afirmó Meloni. «No quise renunciar a esta cita en señal de respeto al sindicato», agregó al comentar los silbidos de algunos participantes, que abandonaron el salón con el puño en alto y cantando «Bella Ciao», la canción de la resistencia italiana durante el fascismo.

La Premier destacó que «este congreso es un debate de democracia y participación que no puede dejar indiferente a quien tiene responsabilidades de decisión y que, como yo, sabe cuánto dinamismo aportan estos eventos». «No evito un contexto sabiendo que es difícil. No me asusta. La razón por la que decidí estar aquí es más profunda. Hoy se celebra el nacimiento de nuestra nación», agregó en referencia a la jornada por la reunificación de Italia.

Según Meloni, «con esta presencia, con esta confrontación, este debate, podemos auténticamente celebrar la unidad nacional. La contraposición es positiva, tiene un rol educativo, la unidad es otra cosa, es un interés superior, un destino común que da sentido a la confrontación». «Hay óptimas razones para debatir con la fuerza de las ideas que cada uno legítimamente reivindica», enfatizó la Primera Ministra.

Al defender las políticas de su Gobierno, Meloni sostuvo que para hacer crecer la ocupación laboral es necesario reavivar la economía, liberar las energías mejores de Italia. Es la base de la reforma fiscal que el Gobierno aprobó ayer con una ley, apresuradamente rechazada por algunos. «Venimos de un mundo en el que la pobreza podría ser abolida por decreto. Si así fuera, el Estado tendría que crear riqueza, pero no es así. La riqueza la crean las empresas con sus trabajadores. El estado debe crear reglas justas y redistribuirlas. Poner a las empresas y a los trabajadores en condiciones de crear riqueza que repercuta en todos» concluyó Meloni.

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