Con las elecciones europeas en el horizonte, el debate político se está calentando, pero una sorpresa surge de las recientes encuestas realizadas por el Consejo Europeo de Relaciones Exteriores en 12 países miembros. Contrariamente a lo que se podría esperar, el tema de la migración parece no estar en el centro de las preocupaciones de los votantes europeos.
Según los resultados de la encuesta, solo el 15% de los encuestados considera la inmigración como la principal crisis de los últimos diez años, mientras que otras cuestiones como las turbulencias económicas globales, la pandemia de Covid-19, el cambio climático y la guerra en Ucrania han sido citadas con porcentajes comparables, si no superiores. Este fenómeno también se da en países donde la inmigración ha sido tradicionalmente el centro del debate político, como Alemania y Austria, donde respectivamente el 29% y el 24% de los encuestados han indicado la inmigración como la principal preocupación.
Una tendencia interesante surge al comparar las preocupaciones sobre la inmigración y la emigración. En algunos países, como Rumania, Italia, España, Hungría y Grecia, más personas se preocupan por la emigración que por la inmigración o consideran ambas cuestiones igualmente importantes. Esto sugiere un matiz en la opinión pública que no puede pasarse por alto.
Al analizar el panorama político, se observa que si bien la mayoría de los partidarios de los partidos antieuropeos están particularmente preocupados por la llegada de personas a sus países, esta tendencia no es uniforme. Partidos como Hermanos de Italia, Vox, Chega y Fidesz tienen partidarios que están principalmente preocupados tanto por la emigración como por la inmigración, señalando una variedad de opiniones incluso dentro de esta categoría política.
Otra consideración importante concierne a la inmigración ucraniana tras la invasión rusa. Los migrantes ucranianos son generalmente vistos positivamente o de manera neutral por la mayoría de los ciudadanos de los países encuestados. Muchos los consideran una oportunidad para sus propios países en lugar de una amenaza. Este enfoque positivo es especialmente evidente en países como Suecia, Portugal, España, Países Bajos, Austria, Alemania, Italia y Francia.
En conclusión, aunque la inmigración sigue siendo un tema importante, parece que no es la principal preocupación de los votantes europeos de cara a las próximas elecciones. Las opiniones varían significativamente de un país a otro y dentro de los diferentes sectores políticos, lo que sugiere que otros temas, como la economía global, la pandemia de Covid-19 y el cambio climático, están cobrando fuerza en la agenda política europea.