Los mundos de la restauración, la agricultura y la política italiana destacaron este lunes la «envidia» que genera su gastronomía en el extranjero, tras la polémica levantada en el país por la publicación de un artículo del Financial Times en el que se asegura que la salsa carbonara nació en Estados Unidos.
«Se nos intenta desacreditar cuestionando la italianidad de recetas y productos emblemáticos como la carbonara, la pizza, el panettone o el Parmigiano Reggiano. Los que acusan a los italianos de ‘gastronacionalistas’ quizá sólo tienen envidia de nuestros éxitos», aseguró el subsecretario de Agricultura, Luigi D’Eramo.
En un articulo publicado este domingo, el rotativo económico británico carga contra la cocina italiana y la despoja de la propiedad de algunos de platos y alimentos tan simbólicos como la pasta carbonara o la pizza, de la que la «mayoría de los italianos no habían oído hablar hasta la década de 1950».
«Se dice que la carbonara la inventaron los (norte)americanos y que el panettone y el tiramisú son productos comerciales recientes, pero sobre todo se llega a plantear la hipótesis de que el Parmigiano Reggiano original es el que se produce en Wisconsin, en Estados Unidos», señalaron desde Coldiretti, la principal asociación de ganaderos y agricultores del país. Se trata de un «ataque surrealista» llevado a cabo «a partir de reconstrucciones fantasiosas», que «pone en tela de juicio las tradiciones culinarias nacionales más arraigadas», explica la asociación en su web.
Coldiretti destaca además que esta ofensiva contra los platos simbólicos de la cocina italiana coincide «justo con ocasión del anuncio de su candidatura como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad de la Unesco», la agencia de la ONU para la Educación, la Ciencia y la Cultura. Y destaca que tales afirmaciones conllevan «preocupantes implicaciones económicas y laborales», cuando la agropiratería mundial contra Italia «ha alcanzado un volumen de negocio de 120.000 millones de euros», con los quesos como los productos más falsificados.
También el sector de la restauración mostró su desconcierto ante las críticas del Financial Times y defendió la calidad de los productos italianos frente a los estadounidenses. «No importa si es cierto que la inventaron los estadounidenses, lo que es relevante es que esta pasta se haga de una manera digna y creo que los americanos no se esfuerzan en servir una carbonara aceptable», explicó a medios de comunicación el dueño del restaurante Osteria fratelli Mori, Alessandro Mori.
Por los pasillos de este restaurante familiar romano se escuchaban las risas de incredulidad por las afirmaciones del artículo mientras se cocinaba con orgullo un plato de la «verdadera carbonara italiana». «En este país podemos sacar pecho de cómo hacemos este plato, especialmente en Roma, donde se come muy bien gracias a las materias primas de calidad que utilizamos: huevos, pasta, guanciale (carrillada de cerdo) y queso pecorino», reconoció Mori.
Además, el equipo del restaurante recordó a varios periodistas el secreto de la buena carbonara: «Practicar mucho y hacer una crema con unos huevos que no deben estar ni muy cocidos ni demasiado crudos».
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