El presidente Guillermo Lasso comunicó que se rebajará el precio de los combustibles apuntando a que se avance en la finalización del conflicto, aunque esta medida no alcanza las exigencias de la comunidad indígena. De esta manera, la administración oficialista dio luz verde a otro de los reclamos, uno de los principales, luego de retirar la policía de las calles y derogar el estado de excepción. En tanto que alertaron que la producción de crudo está cerca de detenerse.
En la noche del domingo 26 de enero, el jefe de Estado ecuatoriano, Guillermo Lasso, anunció que bajará diez centavos de dólar los precios de los combustibles, atendiendo uno de los principales reclamos de los manifestantes indígenas que coparon las calles de Quito hace 14 días.
Sin embargo, la reducción está por debajo de las demandas que los protestantes solicitaron. El costo congelado de las gasolinas Extra y Eco País pasará de 2,55 a 2,45 dólares por galón; mientras que el diésel será de 1,90 a 1,80. Los indígenas pretendían que se fijase en 2,10 y 1,50 dólares, respectivamente. Los recortes de precios no incluyen la gasolina Súper de 92 octanos, que es la única que tiene un valor libre y que cotiza de 4,50 dólares por galón. Con este anuncio, la administración intenta satisfacer otra de las peticiones y continuar los acercamientos entre las partes hacia la mesa de diálogo que ponga el final a estas 14 jornadas de movilizaciones.
“Todos consideran que el precio de los combustibles se ha convertido en la piedra angular que mantiene el conflicto y, aunque tenemos muy en claro que este factor no origina el problema, debemos pensar en el bien común y la paz ciudadana”, expresó el mandatario en su comunicado televisivo. El valor de los combustibles de uso popular era una de las diez exigencias que motivaron a la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie) a realizar llamamientos hacia las calles.
Aunque el Gobierno satisfizo algunas de estas demandas como condonar deudas de hasta 3.000 dólares, reducir tasas de interés para los créditos vigentes, subvencionar fertilizantes, aumentar el bono de familias vulnerables de 50 a 55 dólares, aún la finalización del conflicto no está cerca. También accedieron a retirar a las fuerzas de seguridad, derogar el estado de excepción que recaía en seis provincias y permitir el acceso a la Casa de la Cultura, un símbolo de los indígenas ecuatorianos.
Empero, el cuerpo indígena aún pretende que se apliquen otros cambios, como el control de los precios de primera necesidad y que se mantengan a raya a las concesiones mineras y petroleras en la Amazonía. Al menos el camino diplomático se emprendió después de que el sábado se realizaron los primeros contactos entre el Gobierno y los líderes de la Conaie, incluyendo al líder Leónidas Iza. Las protestas arrancaron el 13 de junio y generaron feroces enfrentamientos que dejaron un saldo de cinco muertos y 400 heridos.
Alerta en la producción de crudo
El Ministerio de Energías y Minas ecuatoriano advirtió el domingo que la extensa continuidad de las protestas, los cortes de vías y/o los ataques a los pozos, están atentando contra la producción petrolera, la cual puede detenerse en dos días. A través de un comunicado, la cartera que se encarga de extraer el principal producto de exportación del país, detalló que la cifra de pérdidas alcanza los 120 millones de dólares. Manifestaron que la producción “se encuentra en niveles críticos” y que hubo una disminución de más del 50%. “De continuar esta situación en 48 se suspenderá la producción porque los actos vandálicos, la toma de pozos y el cierre de las vías no permite transportar los insumos y el diésel necesario para mantener la operación”, explicaron.
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