El escenario es el tribunal de París, donde ha comenzado uno de los juicios más impactantes y escalofriantes en la reciente memoria judicial francesa. El acusado, Salim Berrada, un fotógrafo de moda de 38 años, se enfrenta a múltiples cargos de violación y agresión sexual, que presuntamente cometió contra al menos 17 mujeres en un período de dos años.
La historia de Berrada, un ingeniero marroquí que se estableció en Francia en 2004, tomó un giro oscuro cuando se sumergió en el mundo de las citas en línea, especialmente en plataformas como Tinder y Adopta un Chico. Bajo el disfraz de fotógrafo de moda, Berrada supuestamente se aprovechó de su posición para engañar y atacar a mujeres jóvenes que buscaban oportunidades en la industria.
Las denuncias de las víctimas pintan un cuadro siniestro de un ‘modus operandi’ repetido: Berrada supuestamente drogaba a sus víctimas antes de agredirlas sexualmente. Estos encuentros, que comenzaban como sesiones fotográficas aparentemente inocentes, se convertían en pesadillas para las mujeres involucradas. Una estudiante estadounidense, la primera en denunciarlo en 2015, describió cómo se sintió mareada y sin control sobre sus propios músculos después de tomar vino con el acusado.
Los testimonios de las víctimas revelan secuelas psicológicas devastadoras. Desde abandonar estudios hasta desarrollar adicciones, las vidas de estas mujeres han sido profundamente afectadas por los presuntos actos de Berrada. Resultados de análisis médicos han encontrado rastros de sustancias químicas en algunas de las denunciantes, lo que respalda sus afirmaciones de haber sido drogadas.
Berrada, por su parte, ha negado vehementemente todas las acusaciones en su contra. Alega que su intensa actividad sexual era consensuada y que solo una pequeña minoría de sus encuentros terminaron en confrontaciones. Sin embargo, la acumulación de testimonios y pruebas médicas ha colocado al fotógrafo en una posición precaria ante la justicia.
El juicio, que se espera que dure hasta finales de marzo, está siendo observado de cerca en toda Francia. Los abogados defensores de Berrada, Irina Krats y Ambroise Vienet-Legué, están preparados para enfrentarse al peso de las acusaciones y luchar por la inocencia de su cliente.
A medida que se desarrolla este proceso judicial, el caso del ‘Violador de Tinder’ arroja luz sobre la importancia de abordar la violencia sexual de manera seria y efectiva. Las mujeres involucradas han mostrado un increíble coraje al presentarse y compartir sus experiencias, desafiando un sistema que históricamente ha sido desfavorable para las víctimas de agresión sexual. En este juicio, se espera que la justicia prevalezca y que se haga justicia para las mujeres que han sufrido en silencio durante demasiado tiempo.
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