Un giro aún más oscuro en la trágica historia de Kata. la madre de la niña de 5 años desaparecida desde junio, Katherine Alvarez, ha sido denunciada por apuñalar a una joven peruana de 21 años en una discoteca de Florencia. La víctima sufrió cinco heridas en el rostro, desde la mejilla hasta la parte superior de la cabeza, que requirieron 18 puntos de sutura.
Este impactante incidente ocurrió cinco meses después de la misteriosa desaparición de Kata desde el antiguo Hotel Astor en Florencia el 10 de junio. La madre, Katherine Alvarez, enfrenta ahora cargos por lesiones agravadas, mientras la policía abre una nueva investigación, simultánea a sus esfuerzos por encontrar a la pequeña desaparecida.
El ataque tuvo lugar en el conocido local nocturno «Tenax» entre la 1:30 y las 2 de la madrugada, durante la noche del domingo al lunes. La víctima y Katherine se conocían, y la disputa aparentemente surgió en el baño por motivos triviales, posiblemente relacionados con rencores sentimentales anteriores.
La joven agredida relató haber sido tomada del cabello por la madre de Kata, quien sacó un objeto puntiagudo de su bolsillo y la apuñaló repetidamente en el rostro y la cabeza. La policía aún no ha encontrado el arma utilizada, y la víctima fue llevada de urgencia al hospital de Careggi con cinco heridas laceradas y contusas, suturadas con 18 puntos. La prognosis es de 20 días, salvo complicaciones.
En su defensa, Katherine Alvarez afirmó: «Me atacó y me defendí». Sin embargo, su pasado está marcado por episodios preocupantes. En noviembre, fue hospitalizada por segunda vez en cinco meses después de ingerir cloro. Ya en junio, dos días después de la desaparición de su hija, protagonizó un acto autolesionista similar.
La situación familiar se complica aún más con el intento de suicidio del compañero de Katherine, Miguel Angel Chicllo Romero, quien estaba detenido en Sollicciano por presunto hurto a una turista olandesa en mayo de 2021. Después de ser liberado para seguir más de cerca el caso de su hija, fue nuevamente encarcelado en octubre por violar las condiciones de su libertad condicional.
La actitud evasiva de los padres de Kata hacia los investigadores que indagaban sobre el presunto secuestro extorsivo de la niña llevó a la confiscación de sus teléfonos celulares en agosto. La Procura de Florencia busca datos que puedan arrojar luz sobre el paradero de Mia Kataleya.
La investigación se centra nuevamente en el contexto familiar y en las personas más cercanas durante la tumultuosa ocupación del antiguo hotel. Se examina el período desde la última imagen de la niña hasta la llegada de su madre al Astor, circunscrito entre las 15:13 y las 15:45 del 10 de junio. Carlos De La Colina, líder de los ocupantes del hotel, es llamado nuevamente a declarar, alimentando la hipótesis de un posible ajuste de cuentas dirigido hacia la familia, específicamente hacia la pequeña de 5 años.
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