El Gobierno italiano ha levantado la prohibición de despedir por motivos económicos desde julio próximo para las empresas de la industria y construcción, una iniciativa que ha enfrentado hoy a los sindicatos y a las organizaciones patronales.
Los agentes sociales y el Ejecutivo debaten desde hace meses cuándo poner fin a la prohibición de despedir por motivos económicos durante la pandemia, en vigor desde marzo del pasado año: mientras los empresarios piden que se acabe de inmediato, los sindicatos urgen a conservarla algunos meses más para evitar «una sangría» en el mercado laboral.
La polémica ha saltado después de conocerse que el ministro italiano de Trabajo, Andrea Orlando, incluyó una prórroga de la prohibición hasta el 28 de agosto en un decreto aprobado la semana pasada por el Consejo de Ministros con ayudas de 40.000 millones de euros para empresas, familias y autónomos.
La medida no había sido previamente debatida con los interlocutores sociales, según varias organizaciones empresariales, y tampoco con el resto de los miembros del Gobierno, según ha criticado la vicesecretaria de este ministerio y miembro de la ultraderechista Liga, Tiziana Nisini.
Las presiones sobre Orlando del sector empresarial han obligado al Ejecutivo de Mario Draghi a retirar el bloqueo de despidos para la industria y la construcción desde el 1 de julio.
No obstante, a partir de esta fecha todas las empresas que soliciten el sistema de retribución estatal por suspensión o reducción temporal de contratos, llamado Caja de Integración, tendrán que mantener a la plantilla el tiempo que se acojan a este mecanismo.
El Ejecutivo ha justificado que es un incentivo para evitar los despidos, pero no convence a los sindicatos.
Para las empresas de servicios se mantiene la prohibición total de rescisión de contratos, tanto si usan la Caja de Integración como si no, hasta finales de octubre.
El secretario general del mayor sindicato del país, CGIL, Maurizio Landini, ha criticado hoy en la radio pública RAI que «a partir del 1 de julio habrá quien pueda despedir porque se da el mensaje, después de haber escuchado demasiado» a los empresarios, «de que el problema se resolverá con los despidos».
«No es el momento de abrir más brechas sociales», ha añadido, al anunciar una movilización en protesta para el próximo viernes en Roma.
Por su parte, el presidente de Confindustria, Carlo Bonomi, también ha mostrado su enfado por la decisión inicial de Orlando de prorrogar la iniciativa y ha dicho en un evento en Campania (sur) que «sin lealtad institucional será muy difícil salir» de la crisis sanitaria, social y económica que enfrenta el país.
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