Sin una red de apoyo, lidiando con dificultades económicas, derechos sociales y culturales, las mujeres extranjeras son a menudo víctimas de la depresión durante el embarazo y después del parto. La alarma de los expertos.
Roma , 6 Diciembre 2012 – La llaman «Baby blues», es la depresión durante el embarazo y después del parto. Un mal que afecta entre 55 millones y 80 millones de mujeres cada año y ve entre sus víctimas las más frágiles y vulnerables a las madres extranjeras, luchando con las dificultades económicas, sociales y culturales.
Lo dice una búsqueda del Observatorio Nacional de salud de la mujer (Onda), que a puesto en marcha la campaña ‘ sonrisa para madres’/ “A Smile for Moms”, para dar un impulso a la investigación a la salud mental, ofrecer a las mujeres apoyo, centros para conversar, servicios y herramientas para médicos para que puedan reconocer la enfermedad y tratarla con eficacia.
Antes de ayer en Milán en una conferencia abierta al público, expertos especialistas de la materia han sensibilizado los oyentes sobre la importancia del diagnóstico precoz y sobre los tratamiento específicos. Y Mariano Bassi, Director de Psiquiatría en el hospital Niguarda en Milán, invita a tener una atención especial para las madres extranjeras.
«La falta de una red de apoyo es uno de los factores de riesgo más importantes para estas mujeres,» dijo el experto. «En una sociedad como la nuestra, donde en los últimos 30 años la presencia de personas extranjeras pasó de 320 mil (1981) en 5,4 millones (2011) y la tasa de natalidad ha crecido principalmente por mujeres extranjeras, el tema relacionado con aspectos sobre la interculturalidad tiene que ser relacionados con la protección de la salud pública es una necesidad, también con lo que tiene que ver con la depresión durante el embarazo y en el período post parto».
Las mujeres migrantes, especialmente las de reciente inmigración – explico el psiquiatra – son más propensas a la depresión debido a que tienen más factores de riesgo. Estos incluyen el estrés que deriva del proceso de aculturación, lenguaje y dificultades culturales que limitan el acceso a la salud y servicios sociales, falta de apoyo familiar. Las culturas del norte de África y América del Sur, en particular, la familia extendida, especialmente en su componente femenino, representa un punto de referencia fundamental. Lo que pesa también es la condición de precariedad económica y de vivienda «.